«El pueblo ha muerto»
Los vecinos se visten de luto para escenificar «el final» del poblado minero tras el realojo
El Correo, , 12-05-2009De luto por el pueblo minero. Así estaban ayer los vecinos de la zona alta de Trapagaran. Vestidos de negro y con el rostro compungido. «La Arboleda ha muerto», decía una esquela colocada en el portal de la vivienda protegida donde ayer se realojó el matrimonio de Sestao. «Viuda de Don Pulmón de Vizcaya. Falleció por el realojo de una familia conflictiva». La parodia se extendía a todo el barrio. El campanario de la iglesia tañía triste. «Está tocando a muertos», afirmaban los residentes.
«Hoy, 11 de mayo de 2009, asistimos con impotencia al final de La Arboleda como el pueblo que conocemos», aseguró el presidente de la asociación vecinal, Iñaki Zamarripa. «A partir de ahora nada será igual, sino peor», auguraba.
La protesta fue pacífica. El centenar de vecinos que llegaron a concentrarse frente al piso no pronunció palabra ni se acercó a la Policía, que plantó ante ellos una pared de escudos antidisturbios. El objetivo: evitar un «linchamiento mediático» como el vivido tras los incidentes del 1 de abril, cuando se produjeron insultos y una técnico social fue agredida. «Se agradece que estén tranquilos», reconoció la abogada de la familia realojada, María Tato.
Para evitar malas interpretaciones, Zamarripa fue el encargado de hablar en nombre del barrio, aunque lo hizo con palabras duras. «La Arboleda, pueblo emblemático de Vizcaya y del socialismo, sucumbe a las miserias de los políticos», advirtió. El portavoz lanzó su protesta contra el alcalde de Sestao y la sociedad gestora del realojo, Sestao Berri. «Tienen todo nuestro desprecio y les deseamos que a sus familiares e hijos les caiga la misma suerte», lanzó.
Movilizaciones
Más allá del día de ayer, los vecinos planean seguir mostrando su rechazo. Y entre las medidas previstas está la de ampliar la vigilancia de la casa. «Tendremos que hacerla exhaustiva», adelantó Zamarripa. Algo que se correspondía con el final del discurso que leyó tras el realojo. «La Arboleda seguirá luchando», advirtió.
Junto a las esquelas por «el fallecimiento de La Arboleda», los residentes también repartieron un anuncio por todo el barrio. ‘Se vende pueblo’, rezaba el cartel, en el que figuraba el teléfono del ex viceconsejero de Vivienda para realizar ofertas.
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