LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

Biblioteca del odio en Vilanova

La célula islamista del Garraf poseía documentos que incitaban a la yihad

La Vanguardia, , 11-05-2009

EDUARDO MARTÍN DE POZUELO – Barcelona

LLAMADA A LA GUERRA SANTA “Hay que matar a cuatro millones de americanos”, dice un texto incautado

EL LÍDER DE VILANOVA Está detrás de los ataques de Casablanca y el asesinato de Theo van Gogh
“Todavía no hemos sido justos con los americanos (….) Hay que matar a cuatro millones, incluido un millón de niños, expulsar el doble de esta cantidad y herir a cientos de millones más. (…) también atacarlos con armas químicas y bacteriológicas para causarles enfermedades mortales y extrañas como hicieron con los musulmanes (…) Los islamistas vengarán (…) por cada víctima musulmana caída (…), extendiendo el islam en la tierra”.

Este tremendo texto, un tanto retórico y de autor desconocido, forma parte de la documentación incautada por la Guardia Civil en enero del 2006 en el curso de la operación Chacal, destinada a desarticular un importante célula islamista con base en Vilanova i la Geltrú pero que para los investigadores conecta perfectamente con el universo de Al Qaeda. Ahora, concluido el sumario, la fiscalía de la Audiencia Nacional acusa de terrorismo a nueve de los procesados por los que pide entre 7 y 12 años de prisión. El jefe de la célula no pudo ser detenido y queda procesado en rebeldía.

La célula – sobre cuyo funcionamiento militar publicamos un amplio reportaje el 30 de noviembre pasado-custodiaba una amplia colección de libros, folletos, manuales, casetes, vídeos y CD que en conjunto constituyen una auténtica biblioteca de un terror que se ampara en la yihad o guerra santa. Si, como ya se ha explicado, la fuerza de Al Qaeda reside en una doctrina elaborada por 36 ideólogos identificados por los servicios de inteligencia europeos, los documentos hallados en Vilanova son el destilado de ese mensaje de la organización de Bin Laden. Una condensación ideológica destinada a ofrecer contenido a los jóvenes musulmanes que captaban – la mayoría en España-y que todo indica que se convirtieron en bombas humanas de gran eficacia letal.

Para situar a los acusados es preciso partir del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM),enmarcado en el Movimiento Salafiya Yihadiya Magrebí, que tiene como finalidad conquistar el poder mediante el uso de la yihad a fin de establecer la charia (ley islámica) y una forma de vida musulmana extremadamente radical. El 17 de mayo del 2003 el GICM mató a 43 personas en los atentados contra la Casa de España, el hotel Safir y el Círculo de la Alianza en Casablanca. En estos hechos participaron Mustafa Maimuni y Abdeladim Akoudad, el extremista que mandaba en Vilanova, que está procesado en rebeldía por la Audiencia Nacional y oficialmente está detenido en Marruecos. Y el 2 de noviembre del 2004, un grupo coordinado por Akoudad asesinó en Amsterdam al cineasta holandés Theo van Gogh, al que clavaron un cuchillo con un mensaje de muerte para la parlamentaria holandesa de origen somalí Ayaan Hirsi Ali.

Desde el 2003 operaban en España dos células encuadradas en el organigrama del Grupo Islámico Combatiente Marroquí. Una de ellas estaba en Vilanova y la otra en Madrid. La catalana la mandaba Akoudad y la coordinación entre ambas la lideraba el procesado Omar Nakcha, quien a veces desde Bélgica y otras desde España dirigía las operaciones. De este modo, ambas ramas se dedicaban a captar y adoctrinar en el pensamiento yihadista a musulmanes que enviaban a Iraq para que se integraran en el grupo, entonces liderado por Abu Musab al Zarqaui, Ansar Al Islam Al Sunna, la marca de Al Qaeda en Iraq, que tiene reivindicados una cincuentena de atentados, entre los cuales están la muerte de 28 personas en una base italiana de Nasiriya, la emboscada y asesinato de los agentes del CNI español, la bomba en la sede de la ONU en Bagdad o el degüello ante las cámaras de doce nepalíes.

Fue en casa del procesado Mrabet Fashi, calle Lepanto, 52, 1 º de Vilanova, donde se halló una larga lista de libros y escritos de contenido salafista yihadista con pasajes tan alarmantes como el que inicia este artículo. Todos los textos siguen una línea muy similar y ponderan la guerra santa con cartas de apoyo a los muyahidines en Afganistán y operaciones de kamikazes en Palestina.

También hallaron manuales de tipo militar donde se compara la clandestinidad de la predicación del profeta con el secretismo de las acciones militares, “para lograr un mayor desconcierto de los infieles”. El manual de adoctrinamiento establece normas de rutina para evitar ser descubiertos, consejos sobre los lugares donde establecer la residencia, codificación de la escritura para evitar que los mensajes sean descifrados, pasaportes, formas de viajar, uso de identidades falsas e incluso comportamiento psicológico en interrogatorios.

Varios de estos textos aparecieron también en formato informático en el piso de Leganés de los terroristas suicidas y presuntos autores del 11-M.

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