«Al principio sentí un poco de vergüenza pero al final me lo he pasado genial». Max Rojo, de padre francés y madre alemana y sólo 12 años, se convirtió ayer en uno de los protagonistas del primer pleno juvenil celebrado en el Ayuntamiento con el Día de Europa como telón de fondo. Jóvenes de entre seis y 17 años de 27 nacionalidades participaron en la constitución de este nuevo órgano que se reunirá periódicamente para acercar el funcionamiento de las instituciones europeas y facilitar la propia integración de los chavales, que se presentaron al auditorio uno a uno primero en su lengua materna y después en español.

Ingleses, irlandeses, alemanes, rumanos y estonios ocuparon por unos minutos los asientos de los concejales en el salón de pleno. La iniciativa, explicó la alcaldesa, Ángeles Muñoz, busca facilitar la comunicación con la comunidad foránea y nace del propio cariz cosmopolita y abierto de la ciudad. Ayer fue sólo la primera toma de contacto. El momento de las presentaciones y de la lectura de un manifiesto que miró a Europa: «Esta es la hora de los jóvenes de Europa», dijo en nombre de todos los integrantes del pleno una joven. Posteriormente hubo una izada de banderas.