El Vaticano critica el reenvío de inmigrantes de Italia a Libia

ABC, VERÓNICA BECERRIL | ROMA, 09-05-2009

Arrecia la polémica en Italia tras la decisión de mandar de vuelta a Libia, sin identificación previa ni atenciones sanitarias, a los inmigrantes que intenten alcanzar en pateras las costas italianas. Ayer, una nueva embarcación con 77 «ilegales» tuvo que dar la vuelta escoltada por una patrulla italiana hasta atracar en el puerto de Trípoli, en Libia.

El acuerdo bilateral Libia – Italia para la repatriación de inmigrantes interceptados en el Mediterráneo fue duramente criticado ayer por la Iglesia. «Su repatriación a Libia viola las normas internacionales sobre los derechos de los refugiados», señaló ayer monseñor Agostino Marchetto, presidente del Pontificio Consejo para los Emigrantes e Itinerantes.

El prelado recordó la normativa de la ONU que insta a acoger a quienes pidan asilo, y mostró su «comprensión» sobre el flujo continuo de inmigrantes en Italia. A su denuncia se unieron ayer varias asociaciones católicas, entre ellas Cáritas, que mostraron su perplejidad por el acuerdo.

A pesar de los numerosos llamamientos internacionales, el Gobierno de Silvio Berlusconi – con el evidente entusiasmo de su ministro de Interior, Roberto Maroni – sigue adelante con la aplicación del acuerdo bilateral Italia – Libia, que entrará en vigor el 14 de mayo, el mismo día que en la Cámara de Diputados se votará el decreto de Seguridad orientado a combatir la inmigración ilegal.

El decreto contempla tres medidas principales: considera delito la inmigración ilegal; obliga a los funcionarios públicos a denunciar los casos que conozcan, y aumenta de dos a seis meses el tiempo que pueden permanecer los inmigrantes «confinados» en los centros de acogida.

Analizando estos tres puntos, las asociaciones católicas consideraron ayer «poco idóneas» las medidas para combatir el fenómeno de la clandestinidad, ya que «vulneran el derecho a la vida y la dignidad de la persona, ya que incluso afectan a su seguridad».

«Leyes racistas»

Más duras fueron ayer las críticas del líder de la oposición, Dario Franceschini, quien calificó de «leyes racistas» las medidas del gobierno contra la inmigración. Franceschini rechazó enérgicamente la propuesta de un miembro del partido de la Liga Norte de destinar algunos vagones del metro de Milán a los italianos y a las mujeres.

En medio de esta polémica, los que más sufren son los inmigrantes, que no son tenidos en consideración. Así lo señaló a ABC Fabiola, una cooperante de Cruz Roja en la isla de Lampedusa. «La situación es insostenible, tendría que venir la gente a ver con sus propios ojos qué es lo que está pasando en esta isla y cuáles son las condiciones en las que nos encontramos… La solución no es mandar a esta gente a Libia», afirmó. El miedo ahora de los inmigrantes es qué pasará una vez que lleguen a Libia. «Nos asesinarán a todos, los italianos no pueden permitir una cosa así», gritaba a los periodistas una joven inmigrante con un niño en brazos. Muchos asentían.

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