El joven peruano de 18 años que murió apuñalado durante la noche del pasado miércoles en el barrio barcelonés de Sants no pertenecía a ninguna banda latina, sino que era un alumno de Informática a quien los agresores, supuestamente miembros de la ‘mara Salvatrucha’, habían confundido con otro individuo. Así lo aseguraron ayer vecinos de la víctima, quienes relataron que, tras perpetrar el crimen, los propios pandilleros admitieron que habían cometido un «error».

El asesinato se produjo al concluir la semifinal entre el Barça y el Chelsea, cuando unos diez ‘salvatruchas’ salieron del bar donde habían visto el partido y se toparon con media docena de jóvenes en un cruce de calles. Armados de piedras, botellas y un machete, persiguieron a uno de ellos y, en cuento le alcanzaron, la emprendieron a golpes. El muchacho, Fredi S. M., cayó mortalmente herido al recibir cuatro puñaladas en el abdomen y el pecho. Un bombero fuera de servicio le mantuvo con vida, pero expiró en el hospital.

La familia del fallecido aseguró que «no tenía problemas con nadie», extremo que confirmó el director del instituto donde cursaba estudios de grado medio. El padre de Fredi recordó que el chico siempre estaba de buen humor y que solía restar importancia a los peligros de la calle, a pesar de que en casa le insistían en que «vigilara».

Una vecina que presenció el crimen declaró que a los autores nunca se les había visto por el barrio. Negó que la muerte de Fredi se hubiera debido a una guerra de pandillas, ya que quienes le mataron estaban buscando, en realidad, a otra gente. De confirmarse que los asesinos pertenecían a la ’ mara Salvatrucha’, el asesinato de Sants sería el primero cometido por esa banda, importada de Centroamérica y enfrentada a la ‘Mara 18’, responsable de otro crimen similar perpetrado el año pasado en Gerona.