La mayoría de los rumanos residentes en España quiere retornar, pero exigen garantías a los gobiernos ¿ Otros buscan un futuro mejor en países como Canadá y Australia
El fin de la diáspora, un sueño posible
La Razón, 08-05-2009Madrid – Los rumanos resisten como pueden la crisis económica y se aferran a cualquier cosa para quedarse en España. Sin embargo, el mayor colectivo de extranjeros, con 706.164 censados, más los cerca de 150.000 que se encuentran en situación ilegal, sueña con volver algún día a casa, pero las condiciones económicas no lo permiten.
La mayoría de los que viven en España lo hace en pisos compartidos con otras familias y cada vivienda suele estar habitada por más de cinco personas. En la mayoría de los casos, los dos miembros de la pareja trabajan y lo suelen hacer en el sector de la construcción, la hostelería y el servicio doméstico, los más afectados por la recesión, lo que ha llevado al paro a más de 70.000.
La diáspora rumana se ha producido por oleadas, siempre vinculadas a situaciones sociopolíticas. El primer contingente (un centenar de familias), llegó con las brigadas internacionales en la Guerra Civil. La segunda oleada se produjo en 1944, cuando Rumanía se pasó al grupo de los aliados durante de la II Guerra Mundial.
En cambio, las migraciones más significativas se produjeron a partir del año 2000, cuando el sistema económico de la era postcaucescu se derrumbó. La gran oleada se produjo a partir de 2003, ha provocado que en seis años se duplique la población de rumanos en España y que este colectivo de extranjeros sea el más numeroso.
Por lugares de residencia, la mayoría prefiere la comunidad de Madrid (189.477), seguida por la Comunidad Valenciana (128.097), Cataluña (88.078), Castilla – La Mancha (86.177), Andalucía (79.630) y Aragón (57.043).
Ahora, la situación económica ha dado un giro de 180 grados y el Ministerio de Inmigración pretende ayudar a los rumanos a retornar a casa. El pasado domingo, Celestino Corbacho, ministro de Inmigración, inició una ronda de reuniones con las autoridades rumanas y prometió que los que accedan al retorno cobrarán completo el paro. En cambio, el objetivo no es fácil. Este colectivo prefiere vivir en España en una situación precaria a regresar a su país.
Beneficios sociales
Según explica el presidente de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes Rumanos (Fedrom), Miguel Fonda Estefanescu, las razones son fundamentalmente dos: «En primer lugar, los beneficios sociales (educación y sanidad gratuita) no existen en Rumanía, porque la llegada de la democracia no ha ido acompañada de un desarrollo económico».
«En segundo lugar, la estabilidad laboral. Rumanía cerró 2008 con un crecimiento positivo del ocho por ciento. Para conseguir mantener esta tendencia – añadió – hay que lograr un compromiso de los países de la UE. Los que quieren retornar quieren tener garantías laborales y eso se logra con una economía sólida. Mientras un albañil gane tres veces más en España que en Rumanía, no se va a ir».
Según Fonda Estefanescu, «los que regresan no lo hacen de manera definitiva. La mayoría pasa una temporada más o menos larga en su lugar de origen y después vuelve a España».
«Existe un colectivo importante de rumanos con rentas medias y ahorros que ha decidido dar el salto a otros países como Canadá y Australia en busca de nuevas oportunidades», indicó.
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