"Las inmigrantes en paro tienen las mismas oportunidades que las demás"

Darjalha Mint Mearez es una mujer mauritana que vive en San Isidro (Tenerife) desde hace trece años. Ha recogido buena experiencia de la situación de las mujeres inmigrantes después de haber trabajado los últimos dos años como mediadora intercultural en el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad en Canarias.

El Día, , 05-05-2009
DORY MERINO, Tenerife

Darjalha Mint Mearez es una mujer mauritana que vive en San Isidro, en el sur de Tenerife, desde hace más de trece años. Se siente totalmente integrada en Canarias, donde ha formado su familia, y ha recogido buena experiencia de la situación de los inmigrantes sobre todo de las mujeres de este colectivo después de haber trabajado los últimos dos años como mediadora intercultural en el Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad en Canarias (MPDLC).

De su experiencia en el trato con las mujeres extranjeras que han elegido Canarias para buscar un futuro mejor que el que les ofrecía su país, Darjalha Mint Mearez manifestó a EL DÍA que, en su opinión, en esta difícil situación de crisis económica que padece buena parte de la sociedad, “las inmigrantes en paro tienen las mismas oportunidades de trabajo que el resto de las mujeres”. Ella está ahora sin trabajo después de que finalizara su contrato con MPDLC y no se cierra a conseguir cualquier empleo, aunque prefiere uno que sirva para ayudar a integrarse a otras personas.

Destacó que en los años que ha trabajado como mediadora cultural ha comprobado que aprender el idioma es la primera reivindicación de los inmigrantes, por la importancia que tiene para poder participar plenamente de la nueva sociedad.

Precisamente, la enseñanza del español a las mujeres inmigrantes ha sido una de las actividades que ha ocupado gran parte de su tiempo en el centro de MPDLC en el sur, para poder pasar a la explicación de la cultura, conocimiento de las leyes españolas o la cultura.

Según Darjalha Mint Mearez, uno de los aspectos que también le ha llevado tiempo en su trabajo de mediadora se refiere a detectar el maltrato en las inmigrantes, para erradicarlo, debido a que algunas lo sufren aquí por las costumbres machistas que se viven en otros países, donde la mujer todavía es un cero a la izquierda.

Entre las malas experiencias que recuerda Darjalha Mint Mearez figura que la crisis actual ha obligado a familias enteras a regresar a su país de origen, como ha sucedido por lo menos con cinco del continente sudamericano que llevaban años viviendo en San Isidro.

“Se quedaron en paro, no pudieron pagar la hipoteca y tuvieron que devolver las llaves del piso al banco”, lamentó Darjalha Mint Mearez, que está casada con Mohamed Yehdhih, un mauritano que lleva desde el año 2003 trabajando como cooperante internacional de MPDLC en África.

Los dos hijas del matrimonio “están integradas en la sociedad y son chicharreras”, sentenció su madre, quien explicó que ella tuvo que salir de su país “por necesidad” y agradece haber encontrado en Canarias el futuro que buscaba. Está segura de que sus hijos tendrán más facilidades que ella para salir adelante, gracias a la buena formación que están recibiendo.

Su marido, hijo de españoles, estudió en España y también ha desarrollado su labor profesional en los campamentos de Tinduf, desde el año 1984 hasta 1994.

Un año más tarde volvió a Tenerife, donde se casó y formó su familia junto con Darjalha Mint Mearez. En Mauritania está inmerso en sacar adelante un proyecto de pozos de agua en una zona desértica. El pasado mes estuvo en Tenerife, para pasar unos días con su familia y, respecto a la inmigración clandestina, Mohamed Yehdhih aseguró a este periódico que en África se está al tanto de la crisis que afecta a Europa y, en su opinión, “esta situación ha frenado un poco la salida de cayucos hacia Canarias”.
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