CRITICA DE IDEAS
Los inmigrantes y la crisis
El Mundo, , 03-05-2009El ¿sueño? americano Producir para otros Uno de los tópicos más extendidos de la actual crisis es el que señala que ya no son necesarios tantos inmigrantes como hace años, debido al aumento del paro entre los nacionales. Así, un estudio de F. Felgueroso y P. Vázquez para Fedea (www.crisis09.es), resalta cómo la política inmigratoria de los últimos meses se caracteriza por «reducir al máximo la entrada legal, incentivar el retorno y aumentar la pena por la entrada ilegal». Según los autores, estas medidas no sólo obvian que la inmigración es aún necesaria «demográficamente» (la crisis no va a cambiar el envejecimiento español), sino que son contraproducentes, pues ayudar a regresar a su país de origen «a las personas con más experiencia» es «una pérdida de productividad» que dificultará la recuperación.
Un gran ejemplo de lo absurdo de estas políticas lo da Vivek Wadhwa (en www.washingtonpost.com), al explicar que «el 80% de los alumnos» del Máster de Ingeniería que ofrece en Duke regresan a sus casas por las nuevas dificultades para obtener su permiso de residencia, cuando en 2005 «la mayoría afirmaba que quería vivir en EEUU».Este «sumidero» de talento «beneficiará» a India, China o Canadá, por lo que el dinero gastado en becas por los norteamericanos ayudará a sus competidores. Una conclusión coherente con el estudio de la Universidad de Berkeley (www.ischool.berkeley.ed) que asegura que en la última década «el 25% de las compañías» de alta tecnología en EEUU fueron fundadas por inmigrantes .
En esta línea, muchos expertos han alertado de que la flexibilidad de los inmigrantes para cambiar de sector y residencia si se quedan en paro, y su mayor propensión al consumo (no tienen cubiertas necesidades básicas, como el coche o la vivienda) pueden ser un catalizador que empuje la demanda interna. Desde EEUU, Gordon Crovitz (http://europe.wsj. com/public/page/opinion.html) pide que se mantenga vigente el sueño americano y recuerda que su país tiene ahora un menor porcentaje de inmigrantes que entre 1890 y 1910, cuando ayudaron a una «sacudida de crecimiento».Por eso, reclama que ya que «el mercado financiero está aún tambaleándose», se mantenga abierto «el de capital humano», como medio para «una mejoría más rápida».
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