donostia. Es la pescadilla que se muerde la cola. La renovación de los permisos de trabajo y residencia en Gipuzkoa exige haber cotizado “unos mínimos” que, en la actual situación de crisis, resulta poco menos que imposible para un número creciente de inmigrantes en el territorio.

Esta situación está provocando “situaciones dramáticas”, según alertó ayer SOS Racismo, sobre todo para aquellas familias que después de tres años de residencia, y con su segunda renovación en la mano, “se están viendo de nuevo abocadas a una situación irregular” por no haber podido acreditar, al menos, seis meses de trabajo por año.

El portavoz de esta ONG en Gipuzkoa, Agustín Unzurrunzaga, recalcó en Donostia que la galopante precariedad laboral y “la excesiva dependencia de la administración” de este colectivo está causando estragos en la actual situación de recesión económica.

En este contexto tan poco halagüeño muchos extranjeros, además, no tienen conciencia, bien por despiste, o porque no conocen sus derechos, de que "están firmando bajas voluntarias de sus contratos cuando en realidad es el empresario quien los rescinde, alertó Unzurrunzaga.

SOS Racismo ha iniciado una campaña informativa para poner freno a este tipo de situaciones y repartirá para ello folletos por diferentes centros culturales, de trabajo y locutorios, habitualmente frecuentados por los afectados, de modo que el mayor número de inmigrantes tome conciencia de los derechos que le asisten. Sólo durante este trimestre, de las 51 consultas que ha recibido esta ONG en Donostia sobre la renovación del permiso de trabajo y residencia, la mitad de ellas 25 han estado motivadas por una denegación de esa solicitud. >j.n.