Expertos arabistas consideran que la sociedad actual ha aprendido muy poco de la expulsión de los moriscos en el año 1609

Un estigma de 400 años

La Vanguardia, , 29-04-2009

SERGIO HEREDIA – Madrid
Cuatrocientos años después de la expulsión de los moriscos españoles, algunos expertos consideran sociedad ha aprendido aquello. Dicen que se ha corrido un tupido velo sobre uno de los pasajes más vergonzantes de la historia española. “En las escuelas se pasa de puntillas por este episodio – dice Gema Martín, directora de Casa Árabe-.Y eso debería cambiar. Sobre todo ahora, ante el renacimiento de cierta islamofobia tras el 11-S y la crisis económica”. Con la idea de corregir parte del problema, Casa Árabeestrenó ayer Expulsados 1609, la tragedia de los moriscos,docuficción que se distribuirá en televisión (TV3 lo ofrecerá en mayo).

“Cuando recibí el guión, me sorprendió mi desconocimiento acerca de los moriscos. En mi escuela, en tiempos de Franco, nadie me había hablado de ellos”, confiesa Fernando Guillén, veterano actor, con un papel protagonista. Los moriscos eran los musulmanes que fueron forzados a convertirse al cristianismo tras la Reconquista, según un decreto de los Reyes Católicos. La mayoría había acatado la orden. Pero aún obedeciendo y aún siendo españoles y cristianos en un sentido amplio (se santiguaban y comían tocino), la sociedad los fue marginando: se dudaba de su fidelidad hispana y su sinceridad cristiana. Con el tiempo, la desconfianza degeneró en intolerancia y odio cultural. “Creció un deseo de uniformidad lingüística y religiosa”, dice Roser Salicrú, medievalista del CSIC de Barcelona. “Los conceptos de libertad religiosa y derecho eran distintos a los presentes: aquel no era un Estado democrático”, dice Ana Planet, arabista de la Universidad Autónoma de Madrid. Yel rey Felipe III decidió expulsarlos en el 1609 (se cumplen 400 años).

Así que 300.000 moriscos (el 4% de la población) se vieron desperdigados por el Magreb, generando una situación paradójica: mientras Marruecos, Argelia o Túnez asistían a un florecimiento inesperado (al recibir amplios conocimientos agrícolas y ganaderos), España se sumía en una crisis económica. “Es normal: se arruinaron muchos nobles. Los moriscos les trabajaban la tierra por muy poco”, dice José María Perceval, de la Autònoma de Barcelona. La Guía de los musulmanes en España,(CasaÁrabe)ofrece alguna velada advertencia sobre los tiempos actuales. Hoy hay 1.300.000 musulmanes en España (2,5% de la población), población que, aún numerosa, “sigue siendo desconocida para los españoles”, dice Consuelo Rumí, secretaria de Estado de Inmigración. En torno a ella circulan muchos mitos. Sigue creyéndose que la mujer musulmana es distante, pasiva, exótica, sometida, velada. “El imaginario social nos aleja de los musulmanes – dice Yolanda Aixela, antropóloga del CSIC de Barcelona-:es un colectivo con dificultades para ser entendido, ya sea por su presentación social del cuerpo (la indumentaria, la barba…) o por su presentación de los alimentos (los cerdos, el Ramadán…)”. “Sin embargo, este es un Estado democrático y de derecho”, dice Planet. “Nunca se llegará a aquellas deportaciones: tenemos capacidad intelectual para entender la diferencia”, concluye Salicrú.

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