La mujer asesinada en Cordovilla fue víctima de la trata de blancas
Deia, , 28-04-2009iruñea. La mujer asesinada en Cordovilla este pasado fin de semana se fugó en 2001 de un club de alterne de Sunbilla en el que fue obligada a ejercer la prostitución, después de viajar engañada a España. Yamiled Giraldo Quintero, de 33 años, denunció entonces al dueño del local, a quien la Audiencia Provincial de Navarra condenó a 18 años de prisión, una pena que posteriormente ratificó el Tribunal Supremo. La Policía Foral trata de determinar si existe vinculación entre aquellos hechos y el suceso que acabó con la vida de la joven. Los investigadores no descartan ninguna hipótesis, aunque la mujer recibía amenazas de muerte desde hacía varias semanas, supuestamente motivadas por aquellos sucesos. Agentes de la Policía Foral trabajan en la identificación y localización de los autores materiales del asesinato, dos hombres encapuchados que citaron presuntamente mediante un encargo falso a la esteticista, quien acudió a Cordovilla acompañada por su hijo mayor.
Yamiled Giraldo llegó a España como otras compatriotas que fueron captadas en su país natal por personas que mantenían contacto con el dueño del club Camino Rojo de Sunbilla. Las jóvenes, que viajaban engañadas en calidad de turistas, contraían una deuda que debían saldar para poder abandonar el citado local y además recibían amenazas.
En el caso de Giraldo, ésta fue contactada en Colombia por una mujer que le ofreció la posibilidad de trabajar en España, sin referencia alguna a la prostitución, quien le facilitó el billete de avión y dos mil dólares para poder pasar la frontera como turista, así como una reserva de hotel. Otras dos mujeres, compatriotas suyas, llegaron a Sunbilla en las mismas circunstancias.
La joven se percató del trabajo que tendrían que realizar al llegar a Sunbilla, donde el acusado les “advirtió” que habían contraído una deuda con él, por lo que tenían que entregarle todo el dinero que ganaban en sus servicios hasta pagarla. Para doblegar su voluntad, según el fallo, el acusado la trataba “despectivamente, insultándola, humillándola de manera continua”.
Además de las coacciones de las que fue víctima, el acusado obligó a Yamiled Giraldo a mantener relaciones sexuales con él el mismo día que llegó a España, el 5 de julio de 2001, después de recogerla en el aeropuerto de Hondarribia.
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