Donostia. Se calcula que a finales de los años 60 cerca de 60.000 españoles vivían en Francia. Buena parte de las mujeres encontraron trabajo en las porterías de París y todavía algunas continúan allí, a la espera de jubilarse para volver a su lugar de origen. El donostiarra Joxean Fernández y la aragonesa Marta Horno presentan hoy en el Festival de Cine y Derechos Humanos A las puertas de París , un documental de 44 minutos que cede la palabra a varias porteras que recuerdan su experiencia personal y laboral en el país vecino.

Procedentes de distintos pueblos de León, Galicia o Andalucía, mujeres como Josefa, Ángeles y Carmen recuerdan su pasado. Muchas fueron a buscar trabajo con la idea de pasar poco tiempo, pero al final se quedaron toda una vida. Ahora aguardan el momento de jubilarse y regresar al hogar, convencidas de que no deben nada a los franceses porque lo que tienen se lo han ganado ellas.

La única que ha vuelto, de momento, es Araceli Toro, que participó en la rueda de prensa. “Me habéis hecho el mayor regalo de mi vida”, dijo, emocionada, antes de reconocer la dificultad de hacer amistades con los franceses porque “son muy suyos”.

comunidad “cerrada” Fernández, que vive en Francia y es director del Festival de Cine Español de Nantes, aclaró que la relación entre los emigrantes españoles en Francia fue “bastante cerrada” porque al franquismo le interesó utilizar su potencial económico, y favoreció que todos estuvieran “muy unidos” en torno a sus propios centros regionales, sus iglesias y sus bancos. Horno, por su parte, afirmó que la película “recuerda el pasado para rescatar el presente”. “Antes nos íbamos y ahora somos nosotros los que recibimos inmigrantes”, recalcó.