Las máquinas vuelven a funcionar en La Naval. Los trabajadores de las contratas del astillero, que denunciaban competencia desleal por parte de obreros extranjeros con menor salario, respaldaron ayer el preacuerdo alcanzado entre la dirección y el comité de empresa para lograr la equiparación laboral, lo que puso fin al bloqueo forzoso de la factoría y permitió reanudar la actividad por la tarde. El pacto se cerró con el apoyo, a mano alzada, de los casi 1.400 operarios afectados.

Al igual que el pasado viernes, la plantilla se concentró a primera hora de ayer ante la fábrica y mantuvo bloqueado su acceso hasta conocer y avalar el acuerdo. Fue una intensa mañana de reuniones entre los sindicatos, la dirección del astillero, los gerentes de las empresas auxiliares y una representación de los propios trabajadores.

El pacto recoge la próxima creación de una bolsa de empleo a la que tendrán que recurrir las compañías auxiliares para abastecer las futuras necesidades de personal. En ella figurarán antiguos operarios del astillero disponibles y empleados a los que se contratará y cesará en función de la carga de trabajo. «Sólo en caso de que se agote esta reserva existirá plena libertad para traer a nuevos trabajadores», aclaró ayer el portavoz del Colectivo Autónomo de Trabajadores (CAT) y presidente del comité de empresa, Miguel Macías.

Los nuevos contratos deberán ajustarse al convenio vasco del metal que se firmó el pasado año. El pacto contempla, además, la readmisión de los cuatro operarios que fueron expulsados la pasada semana por iniciar la revuelta laboral y la recolocación de los últimos despedidos. Por el cumplimiento de los distintos puntos del acuerdo velará una comisión de seguimiento integrada por todas las partes implicadas. La próxima reunión, prevista para el jueves, establecerá el modo de ponerla en marcha.

«Control exhaustivo»

La dirección del astillero celebró ayer el acuerdo alcanzado y la reanudación de la actividad en las instalaciones, aunque se mantuvo al margen del origen de un conflicto que delegó exclusivamente en la industria auxiliar. No obstante, recordó que ya se realiza un «control exhaustivo» de las compañías para confirmar que se ajustan a la normativa laboral española, por lo que aseguró que «ningún trabajador» está retribuido por debajo de lo que fija el convenio de aplicación. El sindicato ELA, sin embargo, achacó el problema a La Naval por su política de «subcontratar» las tareas y promover la «precariedad» en el trabajo.

Por su parte, cerca de una treintena de empresas auxiliares rechazaron ayer tener estrategias para «sustituir a trabajadores nacionales por extranjeros» y aseguraron que las condiciones laborales de estos «son equiparables» y se «ajustan a la legalidad».