La película no pretende “dar respuestas”, sino reflejar el proceso que termina con el inmigrante aceptado o expulsado

Donostia. El realizador suizo Fernand Melgar decidió filmar La fortaleza como respuesta a las restrictivas leyes aprobadas por su país en materia de derecho de asilo. Así lo explicaron ayer el guionista del documental, Claude Muret, y la antropóloga Alice Sala, colaboradora científica de la película que muestra el día a día de un centro de acogida para refugiados y que hoy se proyecta en el Festival de Cine y Derechos Humanos tres ser premiada con el Leopardo de Oro en Locarno y con el Cinema Verité del certamen de documentales de Teherán,

Según apuntaron sus responsables ayer, la intención no fue “dar respuestas a un tema tan complejo”, sino retratar el proceso de selección que lleva a la mayor parte de los inmigrantes a ser expulsados del país y sólo a un 10% a recibir asilo.

En el centro de Vallorbe viven, entre el temor y la desesperanza, cerca de 200 inmigrantes llegados de múltiples países. Deben someterse a dos entrevistas en las que explican los motivos de su petición de asilo y la decisión sobre su futuro se toma antes de que pasen 60 días, el tiempo máximo que un demandante de asilo puede pasar en Suiza.

Todos han llegado allí en busca de una “oportunidad” y por eso algunos mienten sobre su situación. Si se les deniega el permiso, deben abandonar Suiza, pero lo cierto es que ninguno lo hace: o se quedan como clandestinos – hay entre 200.000 y 300.000 inmigrantes en esa tesitura – o se dirigen a otros países practicando lo que Alice Sala califica de “turismo de asilo”. Ello demuestra, a su juicio, el “sinsentido” de un sistema que “no funciona”, especialmente porque a los gobernantes “les importa un bledo la suerte de esas gentes”. “Cerramos los ojos ante una situación muy difícil de resolver. Estamos creando grupos de personas errantes”, añadió.

norte y sur La antropóloga, que durante el rodaje hizo de enlace entre el cineasta y los demandantes de asilo durante, opinó que el documental retrata el centro como un “microcosmos de las relaciones entre el norte y el sur”, afectadas por un “profundo desequilibrio”. “Ellos siempre están abajo y nosotros arriba”, declaró. “Y que el asilo sea su única vía de entrada no hace sino reflejar ese desequilibrio de fuerzas”, subrayó.

Por su parte, Muret reconoció que algunos han criticado el tono aséptico de La fortaleza porque no muestra un punto de vista político concreto. El guionista opinó en cambio que se puede rodar un documental “con la técnica de la inmersión” sin que necesariamente se refleja la opinión del director.