Sonrisa profesional
Diario Vasco, , 26-04-2009El centro de acogida para solicitantes de asilo político en Vallorbe (Suiza) es un espacio pulcro, civilizado, aséptico. Los agentes de seguridad corren una cortina antes de cachear a los emigrantes. El personal se coloca guantes de goma antes de tocar a esas personas que viven en el centro hasta sesenta días mientras las autoridades deciden si les conceden el estatus de asilados o les devuelven a la calle con la orden de abandonar el país.
Estamos en Suiza, tradicionalmente tierra de asilo. Nos asomamos, gracias al documental de Fernand Melgar, a la vida cotidiana de ese centro. Conocemos a su joven director, preocupado por ocupar el tiempo de esas personas que viven en un limbo provisional. Asistimos a las reuniones de su equipo. Vemos al personal, humano, concienciado, pero inevitablemente parapetado tras su profesionalidad para no implicarse demasiado en el destino de cada uno de esos extranjeros que vienen y van. Conocemos a esos solicitantes de asilo. Cuentan sus terribles historias en las dos entrevistas con las que se decidirá su solicitud. Puede que algunos mientan o exageren, no lo sabemos. Seguro que las palabras traducidas por el intérprete y tecleadas con una sonrisa profesional están lejos de sus vidas.
Melgar no nos cuenta lo que sucede después con quienes ven rechazada o aceptada su solicitud de asilo. Decide centrarse en ese momento y ese microcosmos, en lo que podemos ver como una anodina crónica de un proceso burocrático o como un gigantesco monumento a la incomunicación y la impotencia. Lo muestra sin acentos, sin opinar, con un estilo demasiado pulcro, civilizado, aséptico.
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