ANÁLISIS | LUIS LOSADA PESCADOR

UNAS CIFRAS QUE EROSIONAN LA PAZ SOCIAL

Diario de Navarra,   PDF, 25-04-2009

E L gobierno ha subcontratado la política laboral a los agentes sociales. Les ha ofrecido derecho de veto en las reformas. Y no se plantea levantar el veto. Al menos, es lo que afirma la vicepresidente económica, Elena Salgado. El objetivo parece claro: Zapatero quiere pasar a la historia como el primer presidente que logró pasar limpio de una huelga general.

Pero mientras sindicatos y empresarios mantienen el derecho de veto, las reformas no se producen. El pomposo diálogo social comenzó el pasado verano sin que haya dado ni un solo fruto. Reuniones, mesas de trabajo, dietas, comidas y mucho papel. Pero ningún resultado. Mientras tanto, el drenaje de empleo empieza a erosionar la paz social. Porque como señala el abogado laboralista, Juan Antonio Sagardoy, cuando el paro se sitúa entre los 2 y los 3 millones, tenemos un problema económico; de 3 a 4 millones, tenemos un problema social; pero a partir de 4 millones, nos enfrentamos a un problema de orden público.

Y según los datos de la EPA, el paro del primer trimestre se situó por encima de los 4 millones. Y eso a pesar del “maquillaje Caldera” aplicado en la elaboración de la estadística. ¿Llegaremos a 5 millones de parados en este ejercicio? Salgado no contesta, pero tampoco lo niega. Al fin y al cabo, el palo de la EPA ha sido “peor de lo esperado”. Así que tampoco se atreve a aventurar sobre los datos del próximo trimestre. Por supuesto, Salgado reitera que se mantendrá el seguro de desempleo. Lo que no dice es cuantas familias del millón que tienen a todos sus miembros en paro no recibe ningún tipo de prestación. “Estamos analizando esos datos”. Tampoco responde a cómo se va a arbitrar la mejora de la cobertura social. “Desde Trabajo se está en colaboración con las comunidades autónomas para tomar medidas para paliar efectos de la posible desprotección”. Nada. De momento, nada.

Hemos pasado en sólo un trimestre del 13,9% al 17,3% de paro; la cifra de parados entre la población inmigrante es del 28%. Tenemos una temporalidad anormalmente alta; y nuestra tasa de paro duplica la media de la zona euro. Es hora de coger el toro por los cuernos. No es el momento de los derechos de veto, sino del coraje político.

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