El paro alcanza los cuatro millones
La intensidad de la crisis sitúa el desempleo en un récord histórico tras la destrucción de 766.000 puestos de trabajo en el primer trimestre
El Correo,
,
25-04-2009
España despertó ayer a la peor pesadilla de la recesión, con la economía asomada al abismo tras superar por primera vez en su historia los cuatro millones de parados. El nivel de desempleo alcanza así el 17,36% – un nivel desconocido desde hace una década – y pulveriza los pronósticos más pesimistas sobre el deterioro del mercado laboral. Esa tasa rebasa la previsión del Gobierno para final de año – el 15,9% – anunciada a mediados de enero y las más agoreras del Banco de España, diversos organismos internacionales y servicios de estudios privados, que coinciden en que la situación empeorará a corto plazo. La agudización de la crisis se tradujo en 802.800 nuevos desocupados entre enero y marzo – 1,84 millones más en un año – y en la destrucción de 766.000 puestos de trabajo, otros dos récords trimestrales que han encendido todas las alarmas.
La catástrofe que revelan estos datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) fue admitida por el Ejecutivo, que confió en que el pésimo comportamiento del empleo se modere en breve al observar indicios de que la economía puede estar próxima a tocar fondo. La afiliación a la Seguridad Social en abril, que se publicará el 5 de mayo, ofrecerá algunas pistas al respecto.
El paro crece a velocidad de vértigo y las ocupaciones desaparecen a un ritmo similar, lo que genera una situación social que incide con especial gravedad en algunos colectivos. En esta ocasión los más perjudicados han sido los inmigrantes, que suman ya más de un millón de desempleados, lo que equivale a una tasa del 28%. El brusco empeoramiento del mercado laboral afectó con singular virulencia a los hombres, que aportaron dos de cada tres nuevos desocupados y una proporción similar de los puestos destruidos.
El ladrillo pierde un 9%
La EPA constata que la crisis ha contribuido a moderar el crecimiento de la población activa, que aumentó en sólo 36.800 personas en el trimestre. Hace sólo un año el alza fue de 172.000, casi todos inmigrantes. Este colectivo, no obstante, aumentó en casi 59.000 ciudadanos, mientras bajaba el de nacionales.
La estabilidad de la población activa indica que el aumento del paro se debió a la destrucción de empleo, de cuya evolución dependen múltiples factores; por ejemplo, los ingresos fiscales. Entre enero y marzo sólo se salvó el sector agrícola, favorecido por las tareas de primavera y la campaña de la fresa, que le permitieron crear 34.000 ocupaciones. El resto sufrió como nunca los rigores de la recesión.
La construcción fue de nuevo el más castigado al perder 203.000 puestos, lo que supone más del 9%. La cifra se eleva a 692.000 en un año. En la industria se malogró el 4,7% de su empleo; es decir, 142.500 puestos desaparecidos. Lo inesperado fue la gravedad de la caída en el sector servicios, con 455.000 menos, un 3,3% de su mano de obra.
Por cuenta propia
La intensa destrucción de empleo en ese periodo desbordó las estimaciones más pesimistas. La afiliación a la Seguridad Social suele ser un indicador adelantado de lo que va a pasar en este capítulo, pero esta vez se quedó muy corto: los 362.000 afiliados menos entre enero y marzo representan menos de la mitad de la cifra de trabajos desaparecidos que estima la EPA del Instituto Nacional de Estadística. Un dato que apunta a que la crisis ha llegado también a la economía sumergida, que pierde actividad.
La encuesta desvela que entre los que sufren la crisis con más intensidad están los trabajadores por cuenta propia – empresarios, autónomos, cooperativistas… – , que en número de 294.500 han pasado a engrosar las filas del paro. Es decir, la pérdida de empleo (8,33%) prácticamente triplica la sufrida por los asalariados. Es quizás en ese colectivo donde habría que buscar una explicación a la profundidad del deterioro laboral del trimestre, ya que hasta ahora había aguantado razonablemente bien, con 40.000 puestos menos en los nueve meses precedentes.
Otro hecho sorprendente es la evolución del empleo indefinido. Mientras el temporal siguió perdiendo ocupados masivamente al desaparecer el 11,6%, los trabajadores con contrato fijo crecieron en 0,54%. Ello ha hecho retroceder la tasa de temporalidad al 25,4%. Pese a esa caída sigue siendo la más alta de toda Europa, con una gran diferencia.
El alza del paro – 8.920 personas más cada día, una sangría sin precedentes – fue generalizada en todas las comunidades autónomas, aunque con intensidad variable. Aragón, Cataluña, Valencia y Murcia han duplicado en un año su número de desempleados. Canarias es la más afectada, al rebasar la tasa del 26%. Andalucía y Extremadura también superan el 20%.
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