Un gitano gana el GH en Italia

El 'Gran Hermano' italiano terminó como un cuento de hadas, premiando con 300.000 euros y la fama a un joven inmigrante montenegrino, que llegó a los 9 años en patera y fue abandonado por sus padres.

Deia, 22-04-2009

fERDI Berisa, un inmigrante montenegrino de etnia gitana, que llegó a Italia en una lancha a los 9 años y que ahora es ayudante de cocinero, ha ganado la novena edición del Gran Hermano italiano.

La historia de las desgracias de este concursante, abandonado por su madre y cuyo padre le obligaba a robar y a participar en peleas juveniles, han conmovido al público para concederle a él, en la noche del pasado lunes, los 300.000 euros del premio, según informa ayer la prensa italiana.

El carácter tímido y retraído del joven se ha impuesto a otro tipo de caracterizaciones sobre esterotipos humanos que suelen ser la salsa en estos programas de televisión basura.

Como la sexy Cristina, el invidente Gerry, la homosexual come – fuegos Siria, el playboy Alberto o Daniela, la azafata que fue despedida de Alitalia por no presentarse a un vuelo cuando estaba en el concurso.

De hecho, el público ha eliminado rápidamente a algunos de estos personajes y, sin embargo, ha elegido como finalistas a Ferdi y al patito feo del concurso, Marcello, del que solían reirse sus compañeros.

dinero y amor Y, para completar la fábula, Ferdi no sólo se ha llevado de Gran Hermano el dinero, sino que también ha encontrado el amor, el de la también concursante Federica, con la que había protagonizado un romance en las últimas semanas y con la que, una vez vencedor del programa, compartió un romántico baile en el jardín de la casa.

Un final inesperado para una edición de Gran Hermano que, por sus continuos escándalos, ha conseguido volver a los primeros puestos de audiencia en Italia.

Ahora, a Berisa le aguarda la fama y cómo sacarle partido. Tiene 21 años, un título de cocinero y pretende estudiar en la universidad Sicología o Medicina. “En mi país, por culpa de la guerra, he visto mucha gente morir porque no pudo recibir los cuidados inmediatos”, justifica su afán en declaraciones al diario La Repubblica. Aunque por su aspecto y mentalidad casi podría decirse que Ferdi es un italiano medio.

De su pasado quedan pocos lazos. No tiene contacto con su padre y sabe que tiene una hermana en un campo de gitanos en Alemania. “En estos últimos diez años mi padre me llamó una sola vez, y lo ha hecho para pedirme dinero”, cuenta Ferdi. Respecto a su madre que le abandonó hace 18 años, asegura que no le guarda rencor. Sólo pide una explicación. Y gracias al Gran Hermano pudo recibir un vídeo mensaje de ella, explicando que lo hizo por escapar de la violencia del marido.

Para colmo de dichas, Ferdi Berisa terminó enamorado de Federica, una de las concursantes

El otro finalista también fue una sorpresa. Sus compañeros se reían de él. Era el ‘patito feo’

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)