Diez minutos contra los racistas

La Razón, 22-04-2009

Madrid – Los gritos de los aficionados de la Juventus contra el delantero del Inter Mario Balotelli han vuelto a poner sobre la mesa el debate del racismo en el fútbol. El futbolista interista tuvo que aguantar burlas por el color de su piel y el equipo juventino ha sido castigado con un partido lejos de su estadio por estas actitudes. Ayer, el presidente de la UEFA, Michel Platini, señaló que los par – tidos «deberían ser detenidos» cuando los aficionados de un de – terminado equipo profieran en los estadios cánticos o gritos racis – tas contra un jugador. «Haremos una llamada a detener los encuentros durante diez minutos cuando pasen estas cosas, anunciando por la megafonía del estadio que cesen esos cánticos o gritos racistas. Si éstos continúan, el partido será parado de nuevo. El valor es necesario cuando hay racismo en las gradas. Ésta es la misión de la UEFA», explicó Michel Platini en una conferencia de prensa que tuvo lugar en Roma, sede de la próxima final de la Liga de Campeones.
Tras los incidentes del pasado fin de semana en el Comunale de Turín, que no son los primeros que se producen en el fútbol italiano, el presidente interista, Má – ximo Moratti, aseguraba que, de haber estado presente en el estadio, hubiera ordenado a sus jugadores abandonar el terreno de juego.
Precisamente ayer, el presidente de la Federación Italiana, Gian – carlo Abete, afirmó que ya cambiaron las normas para permitir que los partidos se detuvieran cuando se produjeran abusos racistas. «El sistema italiano ya otor – ga a las autoridades la facultad de suspender el choque en el caso de la existencia de pancartas que inciten a la discriminación racial. Vamos a reforzar esto, naturalmente, manteniendo la búsqueda de un equilibrio con los requisitos de seguridad del público», comentó el máximo dirigente del «Calcio».
No sólo en Italia suceden estos problemas, a los que algunos fut – bolistas y técnicos quieren quitar importancia. El portero de la «Ju – ve», Gianluigi Buffon, admitió los gritos, pero dijo que «eran más una mofa que una agresión racista». El guardameta «bianconero», además, advirtió de que los futbolistas no deben tener comportamientos sobre el césped que ayuden a provocar esta reacción en los aficionados.

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