En la incesante exhibición de la crueldad humana que nos llega a través de los medios de comunicación una grabación de los malos tratos infligidos a seis niños gitanos en una comisaría de Kosice, en el este de Eslovaquia, bate un infame récord de abusos contra la infancia. Nueve agentes de policía, que ya han sido depurados, obligaron a seis niños gitanos a desnudarse, a pegarse entre ellos y a besarse, amenazándolos con perros muy agresivos.

Y como algunos agentes adultos tienen ya las meninges tan reblandecidas como esos menores que utilizan el móvil para inmortalizar delitos, otros agentes de la ya manchada comisaría de Kosice grabaron la escena con sus teléfonos móviles e insultaron a los menores llamándoles «panda de gitanos».

El presidente de la dirección policial eslovaca ha declarado que estos agentes han dañado gravemente el nombre del cuerpo. Estos malos tratos tuvieron lugar el pasado 21 de marzo y han salido a la luz pública por la mencionada grabación. La noticia se adelantó en unas horas a la celebración del Día Internacional del Pueblo Gitano, que tuvo lugar el pasado 8 de abril. En el mundo hay más de diez millones de personas de etnia gitana y en Europa la comunidad gitana cuenta con más de ocho millones de personas.

Este año se ha adoptado por ocho Gobiernos de la Europa central y del Este la Década para la Inclusión de los Gitanos 2005 – 2015, auspiciada por el Banco Mundial y la Fundación Soros. La discriminación que sufren los gitanos es vergonzosa.