El discurso del presidente de Irán provoca la salida de los representantes de la UE. La cumbre de la ONU se inaugura con la ausencia de EEUU, Italia y Alemania Ginebra

Las palabras pronunciadas por el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad calificando de «racista» al Estado de Israel, ante la Conferencia de Naciones Unidas (ONU) contra el Racismo, que se inaguró ayer en Ginebra, incendiaron la sala y provocaron la partida, en bloque, de los representantes de los países miembros de la Unión Europea.

En medio de una enorme confusión, gritos y gesticulaciones del auditorio, mientras Ahmadineyad continuaba su discurso impasible, rodeado de fuertes medidas de seguridad, los embajadores de la Unión Europea (UE) se levantaron, tal y como lo habían advertido si el mandatario iraní profería en su discurso críticas antisemitas.

Sin inmutarse, el líder iraní criticó la creación del Estado de Israel en 1948 y lo asimiló a un «Gobierno racista» afirmando que «después de la II Guerra Mundial los aliados recurrieron a la agresión militar para privar de sus tierras a una nación entera bajo el pretexto del sufrimiento judío».

Ya desde por la mañana el secretario general de la ONU, Ban Ki – Moon, que quería evitar todo incidente, había advertido en su discurso de inauguración que no debía hacerse una amalgama entre sionismo y racismo. Este fin de semana el presidente francés, Nicolas Sarkozy, amenazó con que los representantes europeos abandonarían la sala en caso de incidentes.

La intervención del representante iraní se desarrolló en un ambiente de plena ebullición. Minutos antes de su intervención, mientras se dirigía al estrado, tres manifestantes disfrazados con pelucas multicolores y con las narices pintadas como los payasos irrumpieron en la sala y pronunciaron gritos en su contra. «¡Racista!, ¡Racista!», lo llamaron. Ahmadineyad leyó impasible: «Enviaron emigrantes desde Europa y de EEUU y del mundo del Holocausto para establecer un Gobierno racista en una Palestina ocupada». A medida que los párrafos se sucedían subía el tono de la audiencia y muchos asistentes no dudaron en desafiar a las fuerzas de seguridad de la ONU levantándose de sus asientos.

Más tarde, durante la conferencia de prensa que tuvo lugar tras el discurso, el presidente iraní, comentó que él estaba a favor de la libertad de expresión y que no entendía la reacción de unos pocos diplomáticos de levantarse y abandonar la sala de un foro que, en principio, existe para expresar opiniones diversas.

Este incidente pone en peligro una reunión que desde el principio se anunciaba explosiva, ya que no ha conseguido reunir a los países europeos en un frente común sobre su participación a una conferencia que, aunque el texto sometido a discusión se limpió de un pasaje controvertido sobre la difamación religiosa, encierra según ellos demasiadas trampas.

Durante su discurso inagural, ayer por la mañana, el secretario general de la ONU, Ban Ki – moon declaró de entrada que se encontraba profundamente decepcionado por la ausencia de numerosos países occidentales que no se desplazaron a Ginebra por miedo a que se estigmatizara al Estado de Israel.

El objetivo de las reuniones de esta semana es la revisión del proceso de lucha contra el racismo y la discriminación racial comenzado en Durban (Sudáfrica). Fue otra polémica conferencia que se saldó con el abandono de Israel y EEUU.

Además de Israel y de Canadá, que desde hace mucho tiempo habían anunciado que no tomarían parte en esta reunión, EEUU, Italia, Países Bajos, Australia y Alemania no participan en la cumbre.La Administración Obama precisó, la semana pasada, que no lo hacía por el lenguaje «contraproducente e hipócrita contenido en la declaración final».

En vísperas de la conferencia, el polémico Ahmadineyad, declaró que el Estado israelí era «el portavoz del racismo», haciendo volar en mil pedazos el frágil acuerdo alcanzado este fin de semana entre los países occidentales y los de la conferencia islámica (OCI) para evacuar la cuestión del conflicto entre Israel y Palestina de los debates. La conferencia, que coincide con la conmemoración del Holocausto, tiene un futuro incierto del que serán víctimas los que sufren de discriminación racial, de intolerancia y de xenofobia.

elmundo.es

Vídeo:

Plantón a Ahmadineyad en Ginebra