¿ Los 3.480 locales de envío de dinero superan el número de oficinas bancarias en Madrid
¿ Antes sólo servían para «llamar a casa» y ahora son imprescindibles en los movimientos económicos

MADRID – Hay otros mundos, pero suelen estar en éste. Normalmente a la vuelta de una esquina, como la de Bravo Murillo con la calle Almansa. Doblarla es internarse en un Caribe improvisado o un trópico en pleno foro; una puerta a latinoamérica escoltada por un elemento de cohesión que en España ha florecido con especial fuerza entre los colectivos inmigrantes: el locutorio, esa mezcla de local de internet, establecimiento para envíos de dinero al país de origen (las coloquialmente llamadas «remesas») e improvisado centro social donde se puede incluir desde una peluquería a un servicio de adivinación por Tarot. Una cifra incluida en el reciente estudio de la Comunidad sobre las remesas en 2008, registrada por el Banco de España, lo deja claro: ya hay más locutorios que oficinas de bancos o de cajas de ahorros. Son un total de 3.480, con más de 900 negocios nuevos creados en un año, mientras que la cifra de bancos y cajas, entre las dos, no llega a las 6.000 entidades.
Y eso pese a una crisis galopante que ha provocado que el principal colectivo de inmigrantes «remesadores» (latinoamericanos y en concreto ecuatorianos) haya bajado sensiblemente su aportación (un 22 por ciento menos). En la calle Almansa, la importancia de este negocio es evidente. En poco más de 100 metros hay hasta seis locales de distinto lustre que ofrecen, además, tarifas telefónicas asequibles a bolsillos dañados, internet barato y casi cualquier otra cosa (en España hay 61 empresas remesadoras registradas y de ellas 50 son de Madrid, a la que sigue Cataluña, muy de lejos, con seis).
Y es que un 67 por ciento de los inmigrantes envían remesas y de ellos, un 73 lo hace a través de esta vía. Tan sólo un 20,7 de los foráneos que trabajan en la Comunidad optan por usar un banco, si bien es un porcentaje en crecimiento. La Comunidad de Madrid es el lugar ideal para ello, ya que es la región de Europa más barata. La comisión media en Madrid es del 7,8 por ciento, mientras en Alemania es del 13,1, en Reino Unido un 11,2 y la media española queda en el 8.
«Es normal que el locutorio tenga peso en la vida de la gente aquí emigrada», afirma un ecuatoriano, «cuando llegas y no tienes nada, vienes aquí a llamar a la familia, te encuentras en un ambiente cercano, entre otros que han pasado lo mismo que tú, y las cosas se hacen menos duras. Es un punto de encuentro: encuentras personas y oportunidades».
Además, es una buena ocasión de negocio: «Tener un locutorio te da independencia, y es quizá la empresa que más fácilmente podemos planear», dice Alex, un dominicano que regenta un locutorio, apoyado en una pared donde se acumulan las ofertas para llamar a «casa», anuncios de habitaciones en alquiler, cursillos o asociaciones de mujeres inmigrantes.
En Ecuador, sin embargo, el descenso de envíos se ha notado dramáticamente. Parte del dinero era empleado para financiar la construcción, y miles de nuevos parados pueden dar fe de que ya no entra como antes.