Un planeta en la UCI
Diario de Noticias, 19-04-2009EL último informe sobre Salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria realizado por Medicus Mundi, Médicos del Mundo y Prosalus en 2008 constata una situación mundial a nivel sanitario con grandes claroscuros. El estudio, presentado esta semana en Pamplona y que se ha convertido en un referente internacional, evalúa de forma crítica el modo en que la atención de la salud se organiza, se financia y se presta en el mundo, especialmente en los países pobres.
Los autores del texto documentan una serie de fracasos y defectos causantes de peligrosos desequilibrios en la situación sanitaria mundial, especialmente en el África Subsahariana. Estas desigualdades eclipsan los irrefutables avances en la lucha contra la enfermedad y explican, por ejemplo, que un navarro viva el doble de años que un zimbabuense, 78 si es hombre y 85 si es mujer.
“La situación de la salud mundial es hoy mejor que hace 30 años, pero, insensibles a las cifras, con demasiada frecuencia olvidamos que la muerte de una madre o un niño es una tragedia humana personal, familiar y social. Con los conocimientos y tecnologías actuales muchas de estos fallecimientos son evitables”, señala el informe, que subraya cómo el 72% de las muertes en África se debieron a causas prevenibles.
Las lecciones que se extraen del documento tienen especial relevancia en un momento de crisis económica, que se traduce en severos recortes de la ayuda a la cooperación. A juicio de estas ONG, la comunidad internacional sigue siendo prolija en adquirir compromisos que no asume, tanto en el espacio de la cooperación en general, como de la salud en particular. Se cumplen ahora 28 años del primer gran pacto de los países donantes en la lucha contra la pobreza, el adquirido en 1981 en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde acordaron destinar el 0,7% del producto interior bruto a cooperación. A fecha de hoy, ninguno de los países del G – 8 supera el 0,4% y únicamente cuatro países (Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia) han alcanzado esa meta. Es más, en la UE, la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) ha caído un 8,4%, el 13% en el capítulo de salud, rompiendo una tendencia de crecimiento de seis años.
momento dulce En España, sin embargo, la AOD sigue viviendo un momento de crecimiento, reformas y reconocimiento interno y externo. En términos generales puede decirse que en 2007 se mantuvo la tendencia al alza de la AOD, que alcanzó el 0,38% de la Renta Nacional Bruta española, lo que supone un aumento respecto al 0,32% de 2006. Este dato sitúa a España, con 3.914 millones de euros, entre los diez primeros donantes de la UE. Como contraste hay que reseñar que la ejecución presupuestaria en este capítulo ha sido inferior a la previsión, limitándose al 87,4%, a diferencia de los dos años anteriores, con un nivel cercano al 94%.
Sin embargo, los datos no ocultan que el sector de la salud pierde peso específico en la cooperación española al pasar de representar un 8,55% de la AOD a un 7,95%, porcentaje cada vez más alejado del 20% recomendado por las ONG para alcanzar los compromisos internacionales en salud, los llamados Objetivos del Milenio. Además, esta ayuda pierde en calidad al cuadriplicarse la AOD “reembolsable”, es decir, ayudas en forma de préstamos con intereses, algo “inaceptable” para los autores del informe.
Navarra, dentro de este marco, se encuentra en una posición cabecera en casi todos los parámetros. Así, es la comunidad que más destina a cooperación por habitante, 31,9 euros, y la segunda en proporción de presupuesto para estos fines, un 0,49%, aunque a mucha distancia del 0,7% comprometido para 2015.
Pero la caída generaliza de la ayuda en los países desarrollados, en los que no crece al ritmo de las necesidades o los retos fijados en la agenda mundial, no es el único problema. Los autores del informe también echan en falta una mayor coordinación entre organismos e instituciones a nivel mundial, europeo, estatal, autonómico y local.
La arquitectura de la cooperación es cada vez más compleja: nuevos actores, iniciativas y donantes pueden crear un multilateralismo paralelo a Naciones Unidas, que pierde liderazgo frente a la multiplicidad de iniciativas paralelas, alertan los expertos. Las alianzas público – privadas para el desarrollo son una fuente adicional de recursos financieros, técnicos y de conocimientos al servicio de la lucha contra la pobreza. Los fondos privados, hasta hace poco relativamente insignificantes, representan ahora un cuarto de la ayuda destinada a salud, y el principal donante es la Fundación Bill y Melinda Gates, con 895 millones de dólares en 2005, el 65% de toda la ayuda privada mundial y el equivalente al gasto total de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las ONG ven necesario aclarar qué mecanismos de coordinación existen en estas iniciativas. En este sentido, el informe apuesta por favorecer una coordinación sanitaria liderada por la OMS y pide una estrategia de salud conjunta en la UE de cara a cumplir uno de los principios básicos de la ayuda: la previsibilidad.
solución integral La cooperación sanitaria es eficaz, aclara el informe, si se abordan los problemas de raíz y de forma integral (pobreza, discriminación, abastecimiento de agua…), aunque los datos aún son muy alarmantes, ya que por ejemplo el 45% de los africanos viven con menos de un euro al día; 230 millones de latinoamericanos, casi la mitad de la población, carecen de seguro de salud; dos millones de personas mueren al año por sida, enfermedad que contraen otros 2,7 personas en el mismo tiempo.
Si bien es cierto que la AOD para salud se ha duplicado en los últimos años, lo es igualmente que la mayor parte se destina a enfermedades concretas, fundamentalmente el VIH/sida, malaria y tuberculosis, las infecciones con más víctimas y una auténtica sangría económica para los países que las sufren, y no a programas para fortalecer los endebles sistemas sanitarios públicos de los países pobres, como demandan las ONG, que luchan no sólo por conseguir elevar la cooperación sino por mejorar la calidad de la ayuda.
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