El nuevo arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, prometió este miércoles especial atención a los inmigrantes y un “cambio de estilo” en el cargo, incluso sobre los temas de sociedad polémicos.

“Es cierto que anticipo un cambio en el ‘cómo’, en el estilo, pero no en la sustancia”, dijo Dolan poco antes de ser investido oficialmente como el nuevo arzobispo de Nueva York en sustitución de Edward Egan, de 77 años.

Figura conservadora, afable y popular, con gran capacidad pastoral, Dolan fue escogido por el papa Benedicto XVI en un período delicado para la Iglesia en Estados Unidos, que apenas se recupera del efecto devastador de los escándalos por pedofilia de miles de sacerdotes.

“No voy a evitar abordar esas cuestiones”, dijo Dolan al ser interrogado en rueda de prensa sobre ese y otros temas de sociedad espinosos, como el debate sobre el casamiento homosexual, al que la Iglesia se opone.

Dolan adelantó que estará “activo y presente” en esos frentes, aunque admitió que tras las medidas adoptadas luego del escándalo sexual “siempre habrá gente que piensa que no haremos demasiado”.

Por otra parte, el nuevo arzobispo dijo que en su gestión pondrá especial énfasis en la ayuda a los inmigrantes . “La Iglesia Católica siempre ha sido vista como un santuario” por los inmigrantes en dificultades, dijo.

Según Dolan, en Nueva York “la Iglesia se ha convertido en la versión espiritual de la estatua de la Libertad”, vista históricamente como un símbolo de bienvenida a los inmigrantes en el puerto de Nueva York.

Aunque la arquidiócesis de Nueva York no sea la más grande de Estados Unidos con sus 2,5 millones de fieles, ya que la supera la de Los Angeles, es considerada como la más influyente políticamente, y el arzobispo neoyorquino es visto a menudo como el rostro público del Vaticano en Estados Unidos.