Ayer miércoles, un día antes de que Barack Obama llegara a México en su primera visita oficial, se confirmó el nombramiento de un supervisor especial encargado de los asuntos relacionados con el narcotráfico y la inmigración en la frontera entre Estados Unidos y México. La secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, hizo el anuncio en El Paso (Tejas), uno de los puntos fronterizos más transitados.

Los 3.141 kilómetros de frontera entre ambos países se han convertido en los últimos dos años en un foco de actividad delictiva del narcotráfico, además de ser un histórico paso para inmigrantes sin visado. Se calcula que el número de mexicanos muertos en ese período a manos de narcotraficantes es de 10.000. La violencia ha llegado a tal extremo que un funcionario del Gobierno estadounidense declaró el pasado mes de febrero que México es un «Estado fallido» y que «la violencia estaba fuera de control».

El nombramiento del supervisor tiene como objetivo ayudar a México a luchar contra esa violencia. Y muestra la determinación estadounidense de acabar con el tráfico de drogas, armas e inmigrantes a través de esa frontera.

La persona elegida para el puesto es Alan Bersin, que ya ocupó un cargo similar durante la Administración de Bill Clinton. Bersin ha sido, como Janet Napolitano que será su jefa directa, fiscal federal, además de secretario de Educación en California con Arnold Schwarzenegger.

Alan Bersin contará con la ayuda de cientos de agentes federales, los más avanzados dispositivos tecnológicos de vigilancia y perros entrenados para detectar drogas, que en los últimos meses fueron emplazados en la frontera mexicana. Hace solo tres semanas, en su visita a México, Hillary Clinton anunció la decisión de ampliar aún más el dispositivo de vigilancia con 360 nuevos agentes federales.

Respecto al paso de inmigrantes sin visado, es otra de las preocupaciones del Gobierno de Obama. Se calcula que en Estados Unidos viven más de doce millones de personas en esa situación y que más de la mitad de ellos son mexicanos. La de acabar con ese tráfico de personas es otra de las tareas del nuevo supervisor.