Acogida en otra cultura
Las Provincias, , 15-04-2009Lllegar a un país y una cultura totalmente diferente a la de uno mismo siempre es complicado y mucho más cuando se está solo y con la familia bien lejos. Eso mismo le pasó a Naziha Hamadi, una saharaui de 25 años que llegó a Alicante en 1992 procedente del campamento de refugiados del Sáhara con el programa ‘Vacaciones en Paz’, a través del cual envían a niños con buenas notas académicas a Italia o España para que pasen los meses de julio y agosto.
En su llegada, al realizarle una prueba médica para verificar las posibles enfermedades o problemas físicos que pudiera tener le diagnosticaron cataratas, provocadas según los médicos por el sol tan extremo del Sáhara. Por ello, fue operada y posteriormente tratada en el Instituto Oftalmológico Vissum, quienes le aconsejaron no volver a vivir allí porque le provocaría de nuevo la aparición de cataratas. De este modo, se quedó de forma ilimitada con su familia de acogida.
De su llegada recuerda, como muchos otros saharauis cuando vienen a un país como España, la gran abundancia de cosas y objetos que aquí se usan pero, sin embargo, allí son totalmente inusuales, como por ejemplo una televisión o un teléfono.
Además de ello, le sorprendió en gran medida la cantidad de agua que hay aquí y la manera en que se usa y, en algunos casos, se derrocha. Naziha recuerda las primera vez que fue a la playa y vio el mar y en la que, tras unos instantes, pensativa y sorprendida, le dijo a su madre que la hospedaba, “ya sé por qué nosotros no tenemos mar ni agua… porque lo tenéis todo vosotros. Todo el agua está aquí”.
Uno de los aspectos que destaca en su vida es la manera en que se comunicaba con su familia. Al no disponer de medios de comunicación en los campamentos saharauis, “me comunicaba a través de cartas y hablaba con ellos mediante cintas de cassette”, recuerda.
Debido a problemas en su familia de acogida, tuvo que volver a su país durante una pequeña temporada. Luego volvió y encontró una casa en la que quedarse. No obstante, se vio obligada a trabajar en tres sitios distintos para pagarse la comida y sus gastos, a la vez que terminaba sus estudios de Bachillerato. Aun con esa dificultad añadida, llegó a la universidad y se licenció en Empresariales.
Actualmente está casada y tiene un niño de 6 meses y trabaja como administrativa en el departamento de inmigración de la Unión General de Trabajadores (UGT) desde hace unos meses, tras realizar el curso de Orientador socio – laboral de personas inmigrantes en este sindicato..
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