Arcilia Muñoz Cardona, la madre del joven colombiano deportado hace ya 15 días desde Alicante “hacia no sabemos dónde”, está destrozada. Ni ella, colombiana y con nacionalidad española, ni su mujer, Cristina Trillo,española y con un hijo de seis meses, saben dónde está Manuel Mauricio Muñoz desde que el pasado 1 de abril fuera trasladado desde Alicante a Madrid por orden de la Subdelegación del Gobierno.

La medida se adoptó para proceder a su deportación a Colombia, supuestamente ya que nadie hasta la fecha, denuncian, les ha facilitado ningún tipo de información sobre el paradero de este joven que llevaba en España desde 2001. “Le deportaron sin nada de dinero y no se ha puesto en contacto con nosotras…no se que vamos a hacer porque esto es una agonía”, precisaba ayer Arcilia, quien ayer mismo entregaba el resto de documentación necesaria para revocar la orden de deportación en la Subdelegación del Gobierno.


Subdelegada

Arcilia anunció, además, que nadie, ni la Embajada de Colombia en España ni la subdelegada del Gobierno, Encarna Llinares, “nos han dado alguna información y hemos recurrido a la emisora colombiana Radio Caracol para que entreviste a la subdelegada y se le pregunte sobre esta situación en la que nos han engañado”. Los familiares y amigos de Mauro están recogiendo firmas para presentarlas en la Subdelegación del Gobierno para exigir su regreso inmediato. De momento llevan ya 500 y esperan llegar a las mil. Mauro llegó a España en compañía de toda su familia (madre y tres hermanos) en 2001.

No obstante, sus antecedentes policiales del joven – perteneció a una banda de latinos cuando era menor – han sido el motico para su deportación. Los hechos se remontan al martes 31 de marzo cuando su madre recibió una llamada de la Policía Nacional.

Le pedían que acudiera con su hijo Mauricio a la Comisaría para que le dieran el pasaporte. Al día siguiente,madre e hijo acuden a la comisaría. Allí, y tras firmar la recepción del pasaporte, los agentes le informan a la madre que Mauro está detenido por carecer de papeles y que al día siguiente (2 de abril) pasaría por el juzgado. La policía avisó entonces al abogado del joven comunicándole también su traslado a disposición judicial al día siguiente. Sin embargo cuando su mujer y su madre se dirigieron al juzgado de guardia, y tras cuatro horas de espera “nos dicen, relata Cristina, que la noche anterior le metieron en un avión”. Desde entonces no saben cuál es su paradero.