Pugnas de inmigrantes (cuento)

Diario Vasco, Abdón Francés, 15-04-2009

La presencia en Ikust – Alaia de dos narradoras de cuentos, nos sugiere un relato de ámbito local. Escenario: En la zona de Irun que las excavadoras arrancaron al monte, presidida en tiempos por un hermoso sauce llorón al que inesperadamente se le secaron las lágrimas, que tuvo su tio – vivo y su mendigo barbudo con perrito faldero incluido, donde hoy crecen pujantes los magnolios; en esa zona, repito, seguiremos la pugna interna que sostienen dos personajes de la inmigración. Actores: El flaco camarero mendocino, educado, uniformado, frente a la componente del clan transilvano envuelta en mil sayas, que cuenta sus desgracias con voz lúgubre y dentadura de 18 quilates. Argumento: Una joven pareja se ha sentado a tomar unas cervezas. Como la chica se hace admirar, el chico, emocionado y generoso, añade al convite unas aceitunas rellenas de alcaparras. Es la hora meridiana. El sol brilla en lo alto. Todo es paz y felicidad. En éstas que aparece el personaje femenino. Estira la mano y relata los desajustes de su vida. Casi llora. La pareja se mira pero permanece indiferente. Sabe distinguir entre la caridad verdadera y la falsa. La pedigüeña se aleja refunfuñando pero permanece vagando por los alrededores. El chico pide la cuenta y el camarero argentino se la trae rápidamente. Paga y, ahora sí, deja un euro de propina, importe quizá excesivo pero muy propio de la situación de euforia que vive. La pareja se va y el camarero, que también se ha quedado cerca, se abalanza sobre el platillo sin dar tiempo a que la mujer se acerque de nuevo.

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