Rinden homenaje a migrante que dejó huella en EE. UU.
Prensa Libre, 14-04-2009
El guatemalteco José Luis Ruiz, quien murió hace 39 días en EE. UU., al ser desconectado en el hospital Saint Francis, sin autorización de su familia, fue recibido ayer en la Cancillería por familiares, amigos y autoridades, para rendirle homenaje póstumo.
José “Maya”, como solía hacerse llamar por su amor a la cultura guatemalteca, fue atropellado por un automóvil en la ciudad de Chicago, el pasado 26 de febrero. Por su condición crítica y estado vegetativo en el que quedó, el hospital Saint Francis, de esa ciudad, decidió desconectarlo de las máquinas que lo mantenían con vida, sin autorización de familiares o amigos cercanos, pues Maya residía solo en ese lugar desde hace 25 años.Pese a que Maya, de 54 años de edad, no dejó hijos ni esposa, su muerte colmó de dolor a cientos de migrantes procedentes de todas partes del mundo, como Etiopía, Palestina, Colombia, México e indudablemente, Guatemala,
Muchos migrantes que residen en EE. UU., quienes aprendieron de sus consejos para sobrevivir a la discriminación que afrontaban en los años 80, aún no pueden asimilar la partida de Maya y el vacío que dejó en Chicago se evidenció en varios testimonios que grabaron sus amigos.
Según comentaron algunos connacionales que viajaron a Guatemala para despedir y sepultar su cuerpo, Maya fue atropellado mientras esperaba a un bus. Pero un automóvil colisionó detrás de otro y este último fue el que lo golpeó.
En estado crítico, fue trasladado al hospital Saint Francis, donde luego de una semana, los médicos decidieron desconectarlo de los aparatos sin autorización de nadie, y posteriormente murió.
Varios líderes de diferentes organizaciones, no solo guatemaltecas, sino también latinoamericanas, orientales y asiáticas, exigieron una demanda legal en contra del nosocomio por temor a que, además de desconectarlo, le hayan extraído sus órganos.
Marcos Yax, vicepresidente del grupo migrante Conguate, indicó ayer que existe otra teoría pendiente de comprobarse. “Se cree que el dueño del edificio donde residía Maya, autorizó que lo desconectaran”, dijo.
Por casi 39 días, el cuerpo de Maya permaneció en la morgue del hospital, y el Ministerio de Relaciones Exteriores, otorgó, el pasado 6 de marzo, dos pasajes y dos visas estadounidenses a los hermanos de la víctima, para repatriar su cuerpo y realizar los trámites necesarios de la demanda legal.
Llenos de impaciencia y abnegados en el dolor de esa pérdida, Irma Hernández Ruiz y Augusto René Hernández Ruiz, hermanos del occiso, decidieron volver a Guatemala para darle a su familiar una sepultura digna. Ayer se mencionó que la familia aún pediría una autopsia para comprobar si sus órganos fueron extraídos, sin embargo, Nancy Rodas, sobrina del occiso, manifestó que lo único que desean es darle cristiana sepultura.
Migrantes calificaron la acción del hospital como una medida “discriminatoria”. “No queremos que esto vuelva a suceder, porque existen en EE. UU. miles de guatemaltecos que han pasado por esta situación, y que al no contar con familia, los médicos aprovechan para hacer sus fechorías”, lamentó Marlon González, presidente de Conguate y quien viajó al país para el entierro de su compatriota, Maya.
Con el apoyo económico de la Cancillería, arribó ayer al país el cuerpo de Maya y fue recibido con honores en el Ministerio de Relaciones Exteriores, donde participaron diversas autoridades, como el canciller, Haroldo Rodas, el vicecanciller, Miguel Ángel Ibarra, el presidente de la comisión del Migrante, Mauro Guzmán, el representante del Congreso ante el Conamigua, Julio López, y Marco Antonio Sagastume, representante de la Universidad San Carlos de Guatemala (USAC).
Un automóvil sencillo, de la funeraria Los Cedros, donde fue velado ayer por la noche, llegó a la Cancillería y los familiares ayudaron a bajar el féretro de Maya, que venía envuelto en una caja de cartón, procedente del aeropuerto Internacional La Aurora, donde pasó varias horas en trámites de repatriación, cuyos gastos se hizo cargo el ministerio.
“Es nuestra obligación y es lo menos que podemos hacer para ayudar a calmar el dolor de tan irreparable pérdida”, pronunció el canciller, Haroldo Rodas.
Durante el acto protocolario, las autoridades recordaron la entrega, humildad y el amor a Guatemala que caracterizaba a Maya.
“En la última semana, antes de ser arrollado, Maya trabajaba una demanda en contra de una fábrica que atentaba contra los derechos laborales y humanos de los inmigrantes”, relató Yax.
“Se nos ha ido un héroe”, expresó el parlamentario, Julio López.
Mientras tanto, Sagastume, de la Usac, enfatizó que la vida de Maya fue un ejemplo para todos. “Quienes más aprecian al país son los migrantes, así como lo hizo José Luis”, exclamó.
El representante de la Universidad de San Carlos, comentó que esa universidad debería otorgar educación a los migrantes que viven en EE.UU. a través del Internet.
Al menos 30 familiares asistieron al homenaje póstumo. La hermana del fallecido, Irma Hernández, dijo que lamentan que su hermano haya tenido que regresar de esa forma al país, pero que esperan que esta muerte sirva de precedente para que no se repita un atropello así contra la salud de una persona, sin importar su origen, y agregó que van a continuar la demanda contra el hospital estadounidense. “Posiblemente tengamos que volver a Chicago para continuar con el proceso del hospital. Lo que hicieron fue algo repudiable”, se quejó la hermana.
Al concluir el acto, el cuerpo fue trasladado a capillas Los Cedros, y se espera que hoy a las 10.00 horas, se despida el duelo en el Cementerio General.
José Luis Ruiz nació en Guatemala y llegó a Chicago en los años 80, donde empezó a trabajar como guía turístico. Muchos años laboró en Petén y comenzó a soñar con viajar a EE.UU. Se interesó en orientar y apoyar a los migrantes para defender sus derechos. Ayudó a fundar grupos comunitarios, entre ellos Casa Guatemala, a donde perteneció.
“Su sueño era vivir en Estados Unidos y partió con el fin de solidarizarse con los migrantes, inicialmente, brindó apoyo a las personas que huían de Guatemala a causa del conflicto armado interno”, comentó Nancy Rodas, sobrina del occiso.
Irma Hernández, detalló que su hermano siempre fue humilde y entregado a los demás. “Ahora es recordado como una gran persona y fue gracias a las enseñanzas de mi humilde madre”, expresó Hernández con los ojos empapados en lágrimas.
Marlon González, presidente de Conguate, solicitó a la Cancillería que para que no sucedan estos casos, y para que los hospitales en EE. UU. no cometan este tipo de crímenes discriminatorios en contra de los migrantes que no tienen “quién por ellos”, los consulados deben tener la autorización para decidir sobre los trámites de salud, en caso las personas no cuenten con familia ni amigos. “Si no hubiera existido este vacío legal, es posible que Maya hubiese tenido otra oportunidad”, lamentó González.
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