De los cerca de 50.000 ciudadanos de origen rumano empadronados en la provincia de Castellón, el 12% carece actualmente de trabajo estable y, entre marzo de 2008 y enero de 2009, casi 3.000 personas procedentes de Rumanía se dieron de baja en la Seguridad Social. Junto a los despidos relacionados con el sector de la construcción entre la población extranjera, en el caso de la capital de La Plana, el desempleo ha afectado especialmente a los autónomos. Según reconoció el presidente de la Asociación de Empresarios Rumanos de Castellón, Ionel Scrofan, “de los 140 socios que teníamos a finales del año pasado, la mitad eran autónomos y, de esta cifra, más del 50% se han dado de baja en lo que va de año, debido principalmente a que se trataba de empresas relacionadas con el sector de la construcción, que ha sido el más rentable durante la última década”.

A pesar de estas cifras, el volumen de ciudadanos que opta por regresar a Rumanía a consecuencia de la crisis todavía es escaso en la ciudad.

“En la mayor parte de los casos de los que tenemos constancia, las personas que han perdido su empleo está aprovechado para reconvertir sus negocios y montar nuevas empresas también en Castellón, principalmente relacionadas con el sector de la alimentación o con la importación de productos de allí”, indicó el presidente de la entidad empresarial rumana. En ese sentido, Scrofan apuntó además que “un porcentaje muy importante de los rumanos que han perdido su empleo en los últimos meses está apostando por mejorar su formación profesional mediante cursos para obtener un mejor puesto de trabajo cuando reflote la situación”.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Inmigrantes de Países del Este, Ángela Placsintar, coincidió en que “por el momento son pocos los que están optando por regresar a Rumanía a consecuencia de la crisis, porque en la mayor parte de los casos ya se ha establecido aquí toda la familia y volver supone comenzar de nuevo, por lo que están optando por otras vías para reconducir su situación”.