Gipuzkoa pierde año tras año consulados mientras la actividad se centraliza en Bilbao

Los cierres llegan por la jubilación de los titulares y el descenso de gestiones tras la entrada en la UE. Sólo Alemania, Italia, Brasil, Andorra Noruega, Dinamarca y El Salvador tienen presencia en el territorio

Diario Vasco, JUANMA VELASCO, 13-04-2009

DV. Lejos queda la época en la que la capital donostiarra era la residencia de verano del Gobierno o de las vacaciones reales. «San Sebastián fue siempre, desde la época de la reina María Cristina y también con Franco, tiempo en el que se reunía el consejo de Ministros, un punto donde tenía que estar la representación diplomática de los países», explica el vicecónsul de Italia en Donostia.

Pero todo eso forma parte de la historia. En el pasado más reciente y, mucho menos en la actualidad, Gipuzkoa no ha destacado como enclave estratégico para la diplomacia. De hecho, tan sólo siete consulados honorarios en representación de otros tantos países mantienen viva la escasa representación. A finales del siglo pasado había más de veinte sedes consulares que, paulatinamente, han ido desapareciendo.

La actividad consular en Euskadi «se ha ido centralizando en Bilbao», que aglutina actualmente a cerca de 40 representaciones.

Unas veces por «la jubilación o fallecimiento» de los cónsules y otras porque la «apertura de fronteras tras la entrada en la UE redujo la actividad» de cada consulado, lo cierto es que el número de sedes ha ido menguando hasta las siete que sobreviven hoy en día en el territorio guipuzcoano: Alemania, Dinamarca, Noruega, Brasil, Italia, El Salvador y Andorra, creado este año. Todos ellos tienen carácter honorario, es decir, no son diplomáticos de carrera y realizan esta labor de «forma altruista».

En activo

En su día, el territorio de Gipuzkoa acogió consulados de países como Bolivia, Portugal, Francia, México, Venezuela, Argentina, Costa Rica, Suiza, Finlandia, Países Bajos, Bélgica, Principado de Mónaco… Los últimos que han cerrado sus puertas fueron Chile, Grecia, Bélgica y Suecia. Cada uno de ellos tuvo su razón de ser, su época de esplendor y su pérdida paulatina de actividad.

Al frente de uno de los que todavía siguen en activo se encuentra Carlos Felipe Orlando, vicecónsul de Italia desde 1991, con sede en la calle Idiáquez de Donostia. «Cada dos de junio se iza la bandera, con motivo de la fiesta nacional de Italia», señala.

El origen y la razón que llevó a que se creara un consulado en Donostia se remonta «a la época en la que los sicilianos introdujeron la técnica de la conserva de la anchoa en salazón. De hecho, la costa cantábrica y San sebastián en concreto está lleno de apellidos de origen siciliano. Orlando, el mío, es de esta isla. Mi abuelo, que también fue cónsul, era italiano y recaló en España por el negocio del salazón», explica Orlando.

En el viceconsulado de Italia actualmente tienen registrados a 600 italianos residentes. De hecho, la de la inscripción de estos ciudadanos es una de las funciones de este viceconsulado. «También renovamos pasaportes, inscribimos nacimientos, matrimonios, defunciones, atendemos a los turistas cuando sufren el robo de la documentación, cuando hay accidentes y hay que repatriar un cadáver…».

El último cónsul de Suecia en Gipuzkoa fue Jaime Legarra. El consulado, creado en el siglo XIX, cerró la persiana hace seis años y la actividad se derivó a Bilbao. «Con la entrada en la UE, fue disminuyendo mucho el trabajo. A mí me mantuvieron un tiempo en atención a mi persona», explica.

Legarra estuvo en el cargo 32 años. Antes que él hubo tres cónsules en Gipuzkoa. «El primero se abrió en el siglo XIX para atender a los suecos. Había mucho intercambio comercial en el Puerto de Pasajes y, posteriormente, llegaron muchos suecos a Tolosa cuando empezó la industria papelera», explica. La última sede del consulado de Suecia en Gipuzkoa estuvo en la zona de Buenavista de Donostia.

Nuevo cónsul de Andorra

Paradójicamente, en tiempos de retirada de sedes consulares y de concentración en Bilbao hay que añadir un nuevo consulado a la lista. Desde este año, José María Muñoa, presidente de Eusko Ikaskun – tza y hasta 2007 comisionado del lehendakari para las Relaciones Exteriores, es el nuevo cónsul de Andorra. «No hace mucho tiempo que Andorra es un Estado y, junto a las embajadas en capitales, ha querido completar su cuerpo diplomático con cónsules honorarios en aquellos territorios que más relación tienen con Andorra y que son los que están alrededor de los Pirineos», explica.

En el caso de Muñoa, su labor en el Gobierno Vasco le ha proporcionado la ocasión de conocer bien el país pirenaico y eso ha llevado a que le pidieran que ejerciera las funciones de cónsul. «Mi labor será la de dar a conocer el país y establecer puentes entre los que deseen algo desde Andorra para Euskadi y en sentido inverso», añade.

Con el de Andorra habrá siete consulados en Gipuzkoa que, salvo en casos contados, apenas tienen relaciones entre sus titulares. De hecho, ninguno de ellos conoce a ciencia cierta cuáles son los siete consulados que permanecen abiertos en Gipuzkoa. «Intentamos hacer una asociación del cuerpo diplomático de Gipuzkoa, pero la última reunión fue hace ocho años. Hemos perdido el contacto», recuerda con tristeza el vicecónsul de Italia.

jmvelasco

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