zubielqui. La mayoría de los vecinos de Zubielqui, una pequeña localidad del Valle de Allín muy cercana a Estella, están más que hartos con la actitud que tiene una familia residente en el municipio. Ayer, recogieron firmas para pedir que se les expulse del pueblo debido a los numerosos incidentes que han protagonizado en los últimos tiempos. Citan, entre otras cosas, “amenazas, insultos, agresiones, destrozos…”.

El último, y más grave, se registró el pasado jueves, sobre las 18.30 horas, cuando, aseguran, un joven con una importante minusvalía fue agredido en el frontón por varios menores de esa familia teniendo que ser trasladado en ambulancia al Hospital García Orcoyen de Estella y, de allí, a un centro hospitalario de Vitoria, donde el martes será operado de la cadera.

Según explicaron durante la recogida de firmas, el joven, que por su situación física no puede defenderse, fue golpeado con una piedra de importantes dimensiones y una raqueta, sufriendo, además de una grave lesión de cadera, “golpes en la cabeza y en las piernas”.

Los vecinos han presentado una denuncia ante la Policía Foral de Estella, cuyos agentes se encargaron de hacer un atestado para aclarar lo sucedido.

Para los firmantes, casi la totalidad de los poco más de cien vecinos que tiene Zubielqui, este último hecho ha sido “la gota que colma el vaso en cuanto a lo que estamos dispuestos a soportar. La convivencia se ha hecho insostenible”. Según relatan, la Fundación Secretariado Gitano cedió hace unos años la casa a un matrimonio de edad avanzada para residir en la localidad, pero en la misma “viven casi veinte personas entre hijos, nietos… Y se supone que sólo puede vivir este matrimonio, no toda la familia”.

Dado que esta fundación es la que gestiona la vivienda, los vecinos le han pedido en una carta que “la familia alojada en la casa de su propiedad abandone el pueblo lo antes posible”. “Creemos que ya han tenido suficientes oportunidades y que su permanencia en Zubielqui puede provocar cualquier suceso grave que todos podríamos lamentar”, manifiestan.

Según contaban ayer, la fundación ya ha tenido noticias, a través del Concejo, de las actitudes de esta familia y, según parece, la propia organización les había dado un ultimátum para que cambiaran su forma de actuar. “Han sido ya muchos los sucesos que han protagonizado (incluso se celebró un juicio por amenazas a un vecino) y se ha alterado la convivencia, que era pacífica y normal en Zubielqui hasta la llegada de esta familia”, dicen, antes de añadir que ni los mayores ni los niños se atreven ya a salir solos a la calle por “temor” a lo que les pueda ocurrir.

Por último, los vecinos señalan en su escrito, rubricado con firmas, que “ante la circunstancia de que los inquilinos son de etnia gitana, no existe ninguna motivación racista en esta carta, como lo ha demostrado la convivencia pacífica con otros vecinos llegados al pueblo procedentes de otras etnias, cultura y países con los que nunca ha existido ningún problema”. >r.u.