La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli y María Santísima del Rocío sacó ayer en procesión los dos tronos de sus titulares. Y lo hizo con una novedad, como es la inclusión entre sus portadores de un grupo de residentes en el CETI de Melilla. El gestor delegado de la cofradía, Gregorio Castillo, lo explica en esta entrevista con SUR.

¿Cómo surge la participación de los inmigrantes para portar los dos tronos?

Nos llegó la propuesta a través de un hermano que trabaja en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes , vimos la posibilidad y lo hicimos. Estamos muy contentos de haber tomado esta decisión, porque está siendo muy positiva para la Semana Santa y para nuestra cofradía. Hay que ver la ilusión que tienen estas personas y el compartir diario con los otros cofrades desde hace ya bastantes días, en los ensayos y en la limpieza de enseres. Si han llamado a nuestra puerta tenemos que abrirla, porque esto es una cuestión de sentimientos, de creencias, de religión.

La noticia ha tenido repercusión a nivel nacional y se ha destacado que no todos los portadores son católicos, ¿entienden, sin embargo, en qué consiste sacar un trono?

Sólo hay cinco personas que son hindúes y son ellos quienes tenían ganas desde hace varios años de participar, porque les llamaba la atención. Hubo hace años una experiencia de otro tipo, pues se nos acercaron, a través de la Conferencia Virgen de la Luz, para ofrecer flores. Y desde entonces querían participar más, porque quieren sentirse útiles y formar parte de esa experiencia. Supone un punto más de integración para ellos y una experiencia de acercamiento para nosotros.

Pero no se ha excluido por ello a los habituales portadores de los tronos.

No, hay que dejar claro que siempre hemos tenido suficientes portadores, pero el paso de la Virgen del Rocío lleva 120 personas y tiene capacidad para 150, mientras que el Cautivo lleva unas 85 y puede llevar hasta 100. Primero son los hermanos, pero al ser grandes los tronos hemos podido acoger a estas personas.