Detallan masacre en Binghamton

El desempleado que el viernes asesinó a 13 personas en un centro comunitario para inmigrantes y luego se suicidó tenía puesto un chaleco antibalas, indicio de que se aprestaba a enfrentarse con agentes, dijo ayer el jefe policial de Binghamton

El Universal, 05-04-2009

BINGHAMTON, Nueva York (AP).— El desempleado que el viernes asesinó a 13 personas en un centro comunitario para inmigrantes y luego se suicidó tenía puesto un chaleco antibalas, indicio de que se aprestaba a enfrentarse con agentes, dijo ayer el jefe policial de Binghamton.


El atacante, Jiverly Wong, de 41 años de edad, un hombre que se quejaba amargamente por el magro subsidio de desempleo, había estado tomando clases hasta el mes pasado en la American Civic Association (Asociación Cívica Estadounidense), que ayuda a inmigrantes a asimilarse, explicó el jefe de policía, Joseph Zikuski.

Wong tenía permiso para portar las dos armas de fuego que usó en su matanza, dijo Zikuski, quien añadió que, por los datos que han logrado recabar, parece que Wong, que usaba el alias de Jiverly Voong, comenzó a creer que las personas que estudiaban con él se burlaban por su pobre manejo del inglés, dijo Zikuski.

Wong nació en Vietnam, pero sus antepasados eran chinos, informó ayer una amiga. Se sentía furioso por haber perdido su trabajo, no podía encontrar otro, y se quejaba de que el subsidio por desempleo era de apenas 200 dólares semanales, dijo Hue Huynh, dueña de una tienda de comestibles de Binghamton cuyo esposo trabajó con Wong hace varios años.

Wong retornó en fecha reciente a Binghamton, donde al poco tiempo de trabajar perdió el empleo, dijo Huynh. Cuando el marido de Huynh intentó animarlo diciéndole que era todavía joven, y podría encontrar otro trabajo, Wong se quejó de que tenía “mala suerte”. Según uno de sus ex colegas, Kevin Greene, Wong alguna vez dijo que “Estados Unidos es un asco”.

El viernes, Wong usó su vehículo para bloquear la parte trasera del centro comunitario, entró por la puerta delantera y comenzó a disparar. Los aterrorizados asistentes huyeron por doquier, escondiéndose algunos en el cuarto de la caldera o en una habitación de almacenamiento con la esperanza de que el atacante no los encontrara.

En el curso de escasos minutos, una recepcionista, 12 inmigrantes que tomaban clases de ciudadanía, y Wong, estaban muertos. El agresor fue encontrado muerto de un disparo que se efectuó en una oficina, con un paquete lleno de municiones colgado del cuello, dijeron las autoridades. La policía encontró dos pistolas —una de calibre 9 milímetros y otras de calibre 45—, así como un cuchillo de caza.

El centro comunitario estaba atestado de inmigrantes procedentes de países tan lejanos como Kazajistán y Uzbekistán.

 

 



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