Getxo aprueba la inmigración

El World Café realizado en la localidad, con la participación de 60 personas, refleja que los vecinos entienden el fenómeno de la migración y sus efectos positivos cuando existe un respeto mutuo. Texto y foto Andrés Portero

Deia, 05-04-2009

LA reclamación del derecho a migrar como medio para buscar un futuro mejor, el reconocimiento de la riqueza del que llega, lo positivo de la convivencia siempre que haya un respeto mutuo y aprender a aceptar la diversidad religiosa son algunas de las conclusiones obtenidas en el World Café celebrado el pasado 20 de diciembre en Algorta. Sus conclusiones se presentaron el pasado viernes tarde ante la sociedad getxotarra.

Organizado por la Unidad de Inmigración e Interculturalidad del Ayuntamiento y las asociaciones del ámbito de la inmigración en Getxo, esta cita reunió a 60 vecinos y vecinas del municipio, a título individual o en representación de asociaciones de diversos ámbitos. Este método participativo de intercambio de opiniones se planteó en torno a tres preguntas, relacionadas con los desplazamientos como derecho de las personas, su visión como un conflicto o como una oportunidad, y los aspectos religiosos de la convivencia entre diferentes.

Entre sus conclusiones, destaca que la sociedad getxotarra advierte la inmigración como un fenómeno natural y continuo, consustancial a la propia historia. “El ser humano ha sido nómada hasta la consolidación de la agricultura; las fronteras han sido y son exclusivamente una construcción humana y las riquezas naturales están desigualmente repartidas”, se destaca en las conclusiones, que recogen como unánime “el derecho humano a migrar”.

Entre las causas de la emigración, los getxotarras citan el derecho a subsistir, las necesidades económicas, el derecho a un trabajo digno y la propia persecución política.

Respecto a la segunda pregunta, el World Café ve como “un proceso necesario” la convivencia en la interculturalidad y el respeto mutuo entre personas inmigrantes y personas autóctonas. Los participantes destacaron que el contacto con personas de otras culturas por un lado genera miedo, desconfianza, políticas de control y violencia y, por otro, la posibilidad de abrirse a la tolerancia, la interculturalidad, el mestizaje y la educación. También se cree que los emigrantes no son aceptados a no ser que se les pueda sacar algún beneficio y que suelen sufrir un duro proceso de adaptación.

En el último aspecto, relacionado con la religión, los getxotarras conciben la escuela como un factor de integración. Apuestan por la conveniencia de potenciar el aprendizaje de los idiomas oficiales, educar en la diversidad y evitar la formación de guetos. También se plantean la exigencia de igualdad en cuanto a derechos sociales y políticos, gestiones burocráticas, vivienda, trabajo o formación.

Vecinos y grupos locales destacan el derecho de las personas a migrar para mejorar su vida

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