Un total de 193 niños de los colegios de Tafalla, Olite, Barasoain y Artajona participaron ayer en la II Jornada de juegos del mundo. Los casi doscientos escolares, que tenían entre 3 y 11 años, probaron juegos típicos de todo el mundo: uno de cada continente, además de algunos típicos de Navarra.

El objetivo de esta actividad es adaptarse a la realidad actual de Tafalla, en la que casi 1.500 habitantes son inmigrantes, de un total de 11.500.

Un ejemplo de esta nueva realidad es la de Mohamed Asiali, de 11 años: “Soy de Tafalla, aunque nací en Aljocímar, Marruecos”, comentaba este joven. Lo mismo le pasaba a Mohamed Astitou, tafallés de 13 años, y también nacido al otro lado del Estrecho. La mañana terminó con un almuerzo en el que los escolares pudieron reponer fuerzas y opinar sobre las actividades. Por ejemplo, un grupo de niñas de Olite se ponía de acuerdo en que su juego favorito había sido el de África, el sebahá layur, en el que dos equipos se enfrentan por derribar unas latas. Aunque entre tanta diversidad cultural, los juegos de Navarra también tuvieron su papel. “Hoy he aprendido a jugar a la soka – tira”, aseguró Raquel García Balduz, de 9 años.

Productos del mundo

Esta segunda edición de Juegos del mundo contó con la colaboración de varios inmigrantes residentes en la localidad que mostraron productos típicos de su cultura en un puesto de Marruecos, otro de Sudamérica y un tercero de Bulgaria, la comunidad extranjera más numerosa en la ciudad del Cidacos.

Fania Dimitrova, de 43 años, exhibía en su puesto los trajes típicos del monte Rodopi, lugar de origen de casi todos los búlgaros residentes en Tafalla. En la mesa, una variedad de dulces de la zona, como mermelada de rosas. “Es que Bulgaria es el país de las rosas”, explicaba Dimitrova.