Interior revisa la deportación del colombiano pero justifica su expulsión por sus antecedentes policiales

El abogado explica que era menor cuando delinquió y que "sentó la cabeza" ante el nacimiento de su hijo

Las Provincias, M. A. G., 04-04-2009

“He pedido el expediente. Después citaré el lunes a su familia. Pero no ha sido expulsado por carecer de papeles sino por sus antecedentes policiales”. Encarna Llinares, Subdelegada del Gobierno en Alicante, justificaba así la expulsión de España del joven colombiano Manuel Mauricio, de 19 años y que deja en Alicante a su pareja y a un bebé, de nacionalidad española, de seis meses.

Aunque la subdelegada del Gobierno reconoció que es difícil revocar la orden de expulsión, no quiso adelantar acontecimientos y señaló que cuando estudie el expediente citará a la familia. “Este lunes – dijo – , porque creo que han pedido cita”. Llinares quiso sin embargo señalar que “no se ha expulsado a un pobre inmigrante sin papeles y reiteró que los antecedentes policiales del joven colombiano eran la causa, y no la falta de papeles, de la orden de expulsión”.

Blas Giner, el abogado de la familia, explicaba sin embargo que los antecedentes “policiales, que no penales, de Mauro – matiza – , fueron por su pertenencia a una banda de latinos mientras era menor de edad”. Se le condenó con medidas reeducativas que según Giner “dieron resultado puesto que ya no pertenece a ninguna banda, trabaja y sigue estudiando”. Por eso, el letrado considera que los antecedentes de Mauro no debían constar, puesto que eran de cuando era menor y ante el nacimiento de su hijo “sentó la cabeza” ni ser la causa de la expulsión. “El derecho a la familia debería primar en estas situaciones”, argumenta, teniendo en cuenta que el joven colombiano es padre y está “reformado”.

La familia de Mauro, su mujer y su bebé, su madre, hermanos y una prima se dieron cita ayer en las puertas de la Subdelegación del Gobierno para pedir con su presencia la vuelta del joven colombiano. Portando carteles con las leyendas “el Gobierno rompe familias” o “Soy español, porqué me quitan a mi papá?”, sus más allegados reclamaban su vuelta a España.

Arcilia Muñoz, madre del joven deportado y abuela del hijo de la madrileña Cristina, recordaba que su hijo ha sido expulsado del país por engaño. “Si sé que le van a echar – dice su madre – lo escondo”. Arcilia lamenta entre sollozos que España ya le ha arrebatado dos hijos. Uno de ellos fue asesinado hace un año en Alicante. Su asesino cumple condena actualmente en la cárcel de Villena. “Tengo un hijo enterrado aquí, y ahora me desaparecen otro”. Porque según explica a Mauro no deportaron, sino que lo desaparecieron porque nadie ha notificado nada.

El drama de la familia es la ignorancia, el desconocimiento. Arcilia reconoce que si le hubieran advertido de la orden de expulsión, “me hubiera sentado mal pero lo hubiera aceptado. Si no nos quieren aquí, pues nos vamos. Cuando pasen los tres años podré sacar a mi hijo del cementerio y llevármelo. Lo malo – continúa relatando – es que como es mayor de edad, no te avisan. Te han echado como a un animal. Si yo no hubiera ido con él a la comisaría donde le detuvieron con engaños no sabría que un día después lo han metido en avión de vuelta”.

Mauro abandonó Colombia a los 10 años. Vino a España con su madre y tres hermanos. Nunca más ha vuelto. Aquí se ha criado y ha hecho su vida. Tras una adolescencia algo problemática, había vuelto a estudiar y trabajaba para mantener a su pequeño Cristian de seis meses y su pareja.

Su madre tiene ya la nacionalidad española. Le falta – explica – jurar la Constitución. Sus hermanos tienen la situación regularizada. Él, el más pequeño de la familia era el último en regularizar su situación. Ahora es aún más difícil. La expulsión implica una prohibición de volver de entre 3 y 5 años.

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