En la Rioja Alavesa lugareños e inmigrantes conviven juntos pero no revueltos. Un estudio elaborado por la Diputación muestra y cuantifica la escasa relación que existe entre ambas poblaciones en los ámbitos más cotidianos de la vida. Esta situación se da a pesar de la creciente llegada de extranjeros a esta comarca. Tras Vitoria es el territorio alavés con mayor número de habitantes de otros países. En los últimos 10 años se ha pasado de 47 habitantes inmigrantes a los 960 actuales, lo que supone el 8,3% de la población total.

Este estudio se enmarca dentro del primer Plan Foral de Inmigración que la Diputación cerrará el día 21 de abril y con el que desarrollarán acciones para mejorar los procesos de integración social de los inmigrantes. En el ámbito de la vivienda este informe revela que sólo el 38% de los lugareños comparten portal con algún vecino de otro país y que el 42% asegura desconocer si existe buen ambiente entre ambas poblaciones. «La gente de la comarca ha acogido con naturalidad la llegada de inmigrantes aunque la mayoría asegura que hay poca relación entre ellos. En el caso de los extranjeros se tiende a una cierta agrupación», aseguró la directora foral de Juventud y Promoción Social, Elo Mayo.

La falta de conexión entre ambas poblaciones también se refleja en el ámbito escolar. Y es que a pesar de que los niños aprenden juntos, la mayoría de las familias extranjeras confiesa que la relación con el resto de padres es casi nula. Sólo el 11% participa en las actividades de los centros educativos.

En las aulas y el campo

Respecto a la escolarización de los chavales, el 63% de los lugareños creen que los alumnos nacidos en otros países no son un problema para la convivencia en las aulas. La diferencia entre unos y otros radica en el sistema de educación elegido ya que mientras que el 70% los estudiantes autóctonos se matriculan en el modelo B o D, el 62% de la población inmigrante opta por el A.

En cuanto al empleo, el informe revela que el 44% de los parados locales considera al colectivo inmigrante como una amenaza a la hora de encontrar trabajo.

El estudio también pone la lupa en los temporeros de la vendimia. En 2008 participaron en la recogida unos 3.000 braceros de los que el 48% llegó con la familia y el 52% lo hizo con un grupo de trabajo. La escolarización de los niños fue del 43%, el resto no pudo acceder a la educación por la negativa de sus padres. El porcentaje de contratación irregular de la pasada campaña llegó al 14%.