NUEVOS REALOJOS / El fin de un poblado marginal

Las ratas, solas en El Cañaveral

El Mundo, PEDRO BLASCO, 02-04-2009

Un total de 292 personas, entre las que había un centenar de niños, han sido trasladados desde El Cañaveral, un poblado chabolista en Vicálvaro, a pisos. El desmantelamiento de estas infraviviendas es producto de un acuerdo alcanzado entre la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento, que pretende terminar definitivamente con estos barrios marginales que no presentan las mínimas condiciones de habitabilidad Las ratas estaban contentas ayer en El Cañaveral, en el distrito de Vicálvaro. Desde hoy tendrán menos competencia. Las personas que desde hace más de 21 años les acompañaban en este poblado chabolista se van. Hasta ahora vivían como las ratas, en un inmenso basurero, con un olor que hacía que a los no habituales ayer les entraran ganar de vomitar. Para colmo, El Cañaveral está rodeado de pequeñas lagunas, donde el año pasado llegó a morir un niño de cinco años ahogado. El colmo de la más absoluta de las miserias.


Ayer, Antonio, un niño de cinco años, pasaba de todo y corría por delante del micrófono desde el que la delegada de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Pilar Martínez, y la consejera de Medio Ambiente y Vivienda, Ana Isabel Mariño, explicaban el casi fin de este miserable poblado homenaje a la pobreza.


Detrás, las máquinas tiraban las chabolas, algunas construidas de ladrillo y otras levantadas con latas, maderas o andamios.La Comunidad y el Ayuntamiento, por fin, están de acuerdo en algo: acabar con este tipo de poblados. Sólo quedan seis infraviviendas contra las que no pueden actuar porque hay una orden judicial que las protege. A las puertas de una de estas viviendas había un BMW tuneado.


Para poder ser realojado hay que carecer de recursos económicos, propiedades en todo el Estado y ser mayor de 25 años con cargas familiares. Los que han sido trasladados cumplían las condiciones descritas. Hasta la fecha son 292 personas, de las que 134 son menores de edad, sumando un total de 79 familias.


Ayer, los niños, la mayor parte no escolarizados, correteaban entre las ratas, mientras los mayores alucinaban y afirmaban: «Nunca habíamos visto tanta gente en el poblado». Un discreto dispositivo policial vigilaba la zona.


Desde hoy, las familias vivirán en pisos en altura, en casas de alquiler, preferentemente en la zona de influencia del núcleo chabolista atendiendo a la escolarización de los menores. Un total de 53 familias han viajado a otros barrios de la ciudad, mientras que otras 26 han ido a parar a diversas localidades de la región.


La actuación en este poblado forma parte del convenio firmado por la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la ciudad y que tiene como objetivo desmantelar los cuatro núcleos históricos que existen en la capital: Santa Catalina, Las Mimbreras, El Ventorro y el propio de El Cañaveral, sobre el que ayer actuaban con contundencia las excavadoras.


Para acabar con estos monumentos a la indignidad, las administraciones han invertido 109 millones de euros, que son financiados al 50% por la Comunidad y el Ayuntamiento de la ciudad.


El poblado de El Cañaveral, según informa Europa Press, comenzó a construirse en 1988 por el extinto Consorcio de Realojamiento de Población Marginada. Este era un organismo formado por las tres administraciones públicas, que se creó para facilitar vivienda a las familias procedentes de asentamientos ilegales.


Había un total de 110 viviendas construidas por este organismo, de una sola planta. Los inquilinos pagaban un pequeño alquiler.Pero alrededor nacieron decenas de chabolas. Las máquinas seguirán trabajando en los próximos días hasta que sólo queden en pie las construcciones que no se pueden derribar por orden judicial.


En El Cañaveral se han destinado a tirar las chabolas y a edificar los nuevos pisos un total de 17,3 millones de euros, aportados por las dos administraciones, según dijo la concejala de Urbanismo, Pilar Martínez.


Donde antes había montañas de porquería e infraviviendas se hará un desarrollo urbano que se llamará Los Ahijones, donde se construirán 15.000 viviendas, la mitad de ellas protegidas.


Las familias que han sido se alojadas continuarán con un acompañamiento social continuado de educadores y trabajadores del IRIS (Instituto de Realojo e Integración Social), que se prolongará de 3 a 5 años hasta lograr la plena integración en su nuevo barrio.


La consejera Ana Isabel Mariño dijo que en los diez años de vida del IRIS se ha realojado a 1.890 familias, representando un total de 6.357 personas. Un 96% de las familias se han adaptado perfectamente a su nueva forma de vida.


Ayer, las escenas emocionantes se sucedían en El Cañaveral. Algunos trabajadores del IRIS se abrazaban con los ya ex habitantes del poblado cuando veían caer las infraviviendas. Las familias se iban contentas con sus fardos. Pese a todo, los padres estaban preocupados por saber dónde iban a guardar ahora la chatarra, su forma de vida.


Había una niña que estaba triste porque le habían dicho que en el piso no podrá tener gallinas. Otra decía que les han dicho que por la noche hay que ser bueno y bajar el volumen del cassette.«Te juro que lo haré», decía.


Otros poblados que siguen en pie


>Cañada Real. Varios distritos. Este caso no es de chabolismo, pero sí de viviendas ilegales, y es el mayor problema al que se tienen que enfrentar las administraciones, porque tiene una población de casi 50.000 personas.


>Las Barranquillas. Vallecas. Muchas chabolas han sido derribadas, sobre todo de las que vendían droga, pero aún hay.


>Las Mimbreras. La Latina. Es un barrio de tipología especial, como El Cañaveral. Será desmantelado pronto.


>Santa Catalina. Vallecas. El plan de la Comunidad y el Ayuntamiento también lo desmantelará.


>El Ventorro. Villaverde. Otro de los núcleos chabolistas que quedan dentro de la capital.


>El Gallinero. Poblado rumano junto a Cañada Real.

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