El Mediterráneo se traga el sueño de 250 inmigrantes

Un barco sobrecargadode 'ilegales' naufraga apenas zarpar de Libia con destino a la isla italiana de Lampedusa

El Correo, ÍÑIGO DOMÍNGUEZ, 01-04-2009

Esta vez al menos se ha sabido y da la idea de muchas otras tragedias silenciosas de inmigrantes desesperados que se traga el mar: un barco con más de 250 personas a bordo, rumbo a Italia, se hundió la noche del domingo a unos treinta kilómetros de las costas de Libia, de donde había partido. Fue a causa del fuerte viento y la sobrecarga de pasajeros, pues en teoría sólo tenía capacidad para cincuenta personas.

Como siempre, las noticias son confusas. El diario libio ‘Oea’, citado por la agencia Efe desde Trípoli, informaba ayer de que se han rescatado 23 cadáveres y hay 251 desaparecidos. Otra fuente es el responsable de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en la capital libia, Laurence Hart, que habla de veinte muertos y veintitrés personas rescatadas con vida. Son los supervivientes los que han calculado el número de pasajeros en unos 257. Es decir, habría unos doscientos desaparecidos.

La situación podría empeorar porque hay dos embarcaciones más con las que se ha perdido el contacto por radio y de las que no se tienen noticias. No obstante, las autoridades de Trípoli no saben si se trata de pescadores que están faenando en zonas lejanas o de otras naves con inmigrantes rumbo a Europa. Las informaciones que llegaban ayer eran difíciles de reconstruir porque hubo un cuarto barco que fue rescatado el domingo, y en un principio se ignoraba si era el mismo que se daba por naufragado. Pero era distinto y tuvo mejor suerte: fue socorrido por un remolcador italiano que lo llevó a puerto con 350 personas a bordo. Había sirios, indios, paquistaníes, bengalíes, egipcios, somalíes, ghaneses, nigerianos, tunecinos, eritreos, argelinos y marroquíes. Una buena parte de la geografía de la miseria y que refleja muy bien cómo la ruta de Libia hacia Sicilia y el sur de Italia se ha convertido en la principal vía de entrada ilegal en el Viejo Continente.

El bloqueo de las rutas desde Canarias por los acuerdos del Gobierno español con Mauritania y Senegal ha trasladado los flujos hacia Italia, desde Túnez y Libia. Es el resultado de las políticas aisladas de cada país, en ausencia de una comunitaria. Sólo este fin de semana han llegado a Sicilia un total de 633 inmigrantes, rescatados en diversas embarcaciones halladas en alta mar por la Marina italiana.

Saturados

De ellas, 222 arribaron al pequeño islote de Lampedusa, que vuelve a estar saturado con más de setecientos extranjeros recluidos en su centro, en teoría, provisional. Italia se ve de nuevo desbordada y el ministro de Interior, Roberto Maroni, pidió de nuevo paciencia, pues los acuerdos para que Trípoli empiece a vigilar seriamente sus costas, con ayuda transalpina, y cierre el grifo entrarán en vigor el 15 de mayo.

No obstante, queda mes y medio hasta esa fecha y desde Ginebra el portavoz del Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados (Acnur), Ron Redmon, ha advertido de que se avecina «una fase intensa de tráfico de clandestinos», tanto porque arranca la temporada de buen clima como por la prisa por partir antes de que comiencen las nuevas patrullas libio – italianas. Por otro lado, el portavoz de la (OIM), Jean – Philippe Chauzy, opina que el endurecimiento de los controles «puede tener un efecto negativo, porque los traficantes se verán empujados a utilizar rutas todavía más peligrosas». Por ejemplo, hace meses que hay desembarcos incluso en Cerdeña. Zarpan desde Argelia.

Según los datos que dio a conocer ayer el Consejo Italiano para los Refugiados (CIR), más de 6.000 personas han muerto desde 2006 hasta hoy en su intento de llegar por mar a Europa, y eso sólo con los naufragios que se conocen. «Es la más grande tragedia del Mediterráneo», declaró su director, Christopher Hein.

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