La Policía asestó ayer un golpe a la mafia china en Cataluña. Un total de 54 individuos de origen asiático fueron detenidos en distintas localidades del área metropolitana de Barcelona en el marco de una operación dirigida a desmantelar una banda que se dedicaba al tráfico de personas de procedencia china. Los dirigentes de la organización, que vivían en pisos de Badalona, Barcelona, Santa Coloma de Gramanet y Sant Adrià de Besòs, se dedicaban a explotar laboral y sexualmente a compatriotas suyos, que vivían hacinados en pisos en grupos de 10 ó 15 personas.

El Cuerpo Nacional de Policía, que practicó los arrestos a primera hora de la mañana, les imputa los delitos de tráfico de personas, falsedad documental, asociación ilícita e inmigración ilegal.

Según fuentes de la investigación, los agentes realizaron nueve registros en pisos, restaurantes y tiendas, lo que les permitió averiguar que la red mafiosa actuaba desde su país, donde falsificaban pasaportes, que posteriormente enviaban a España a través de empresas de mensajería. Entre los detenidos se encuentran numerosas mujeres que ejercían la prostitución y que estaban en situación irregular en España. Vecinos de las zonas donde actuó la Policía esperaban desde hace tiempo una operación similar, porque las «mafias operan con aparente impunidad y sin ningún disimulo».

«Todo el barrio parece Chinatown, cada día salen y entran chinos con chicas de su país muy guapas en cochazos y con tacones muy altos», señaló un vecino de la calle Saturno de Badalona. «La situación era muy visible porque cada vez que aparecía la Policía salían todos corriendo», afirmó otro residente, en este caso de la calle Vallvidrera. Mientras, un vecino de Santa Coloma relataba que en el edificio en el que él vive, los detenidos «eran muy ruidosos, ya que en el mismo apartamento llegaban a juntarse 10 ó 15 personas», lo que le llevó a presentar varias denuncias ante el juez. La operación sigue abierta y no se descartan más detenciones.

A su vez, la Policía de La Rioja ha arrestado a trece personas dentro de una operación contra un grupo internacional dedicado a la inmigración ilegal «con fines de explotación sexual de mujeres de origen sudamericano», que ejercían en pisos y clubs de alterne de varias provincias españolas.