«No importa que vengan los 'Bartolos'»

Los rumanos del asentamiento de la calle Artapadura dicenque ya han convivido antes con gitanos

El Correo, SANTOS GUTIÉRREZ, 30-03-2009

El futuro traslado del clan de los ‘Bartolos’ de la Avenida de Los Huetos al barrio de Aguirrelanda sigue sin dejar indiferente a nadie. Las voces críticas, sobre todo procedentes de la asociación vecinal Ipar Arriaga, no han cesado de escucharse durante las últimas semanas. Sin embargo, no todos ven con malos ojos el traslado de la polémica familia gitana. «Ya hemos convivido antes con gitanos y no ha habido problemas», asegura Liliana Gabor, una de las residentes en el asentamiento que el Consistorio levantó hace ya cinco años en la calle Artapadura para acoger a rumanos.

EL CORREO se trasladó hasta el lugar para pulsar la opinión de sus habitantes sobre la más que probable llegada de los ‘Bartolos’. Muchos evitan pronunciarse, ya sea por dificultades con el idioma o por evitar que su nombre aparezca en futuras polémicas. Liliana, de 23 años, llegó a Aguirrelanda hace tres años, pero luego decidió marcharse. Regresó a mediados del pasado año, arropada por su marido y sus tres hijos. Su conocimiento del castellano le ha llevado a hacer funciones de intérprete de una comunidad que ahora deberá convivir con nuevos inquilinos.

«No nos importa que vengan los ‘Bartolos’ o cualquier otra familia que necesite estar aquí. Somos gente pobre que venimos de fuera a trabajar y si otras personas necesitan un lugar para vivir, tienen derecho a venir aquí», apunta la joven.

¿Pero cómo es la vida en el asentamiento de Aguirrelanda? Salvo contadísimas excepciones, los hombres tienen como principal actividad la recogida de chatarra, mientras que las mujeres se dedican al cuidado de los hijos y a las labores domésticas. «Con tres niños pequeños, no me puedo marchar a trabajar. No tengo más alternativa que cuidarlos», lamenta Gabor junto a la caravana en la que vive.

El poblado acoge e intenta reinsertar en la sociedad a los rumanos que llegan a la capital alavesa en furgoneta. El solar de la calle Artapadura dispone de unas instalaciones similares a las de un camping, con módulos prefabricados y todo tipo de servicios básicos. Además, cuenta con un servicio de monitores que, entre otras funciones, dan clases de castellano a los residentes. Ahora, habitan seis familias, todas rumanas.

Inicio de la negociación

Este sentir difiere radicalmente si se observa desde la óptica del resto de vecinos, de los vitorianos que llevan viviendo aquí toda la vida. Sólo ven problemas a la llegada de ‘los Bartolos’, como se han encargado de reiterar los portavoces del colectivo vecinal Ipar Arriaga, que fundamenta su rechazo en supuestos incidentes provocados por algunos componentes del clan cuando «vivieron en la zona hace años».

Estas quejas podrían quedar en papel mojado ya que todo parece indicar que tras más de veinte años residiendo en el destartalado edificio del número 68 de la Avenida de Los Huetos, los ‘Bartolos’ por fin serán realojados. Una misión imposible durante los mandatos de Cuerda y Alonso.

De hecho, hoy comienzan las negociaciones del Gabinete Lazcoz con cada una de las ocho familias que componen el clan. La reunión tendrá lugar en las dependencias de la Policía Municipal en Aguirrelanda. La propuesta del Consistorio es tajante: o participan en un programa especial de inserción para pasar a pisos o se enfrentarán al desahucio.

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