Turingia, punta de lanza de los neonazis alemanes
El Mundo, , 30-03-2009La ultraderecha se ha infiltrado en el tejido social de las pequeñas localidades a través de grupos deportivos y fiestas Berlín
Por su cuidado aspecto canoso, siempre con traje y corbata, el ingeniero Frank Schwerdt podría militar en cualquier formación política del espectro parlamentario alemán. Pero es la gran esperanza de los ultraderechistas del Partido Nacional Democrático (NPD), el hombre que el 30 de agosto podría conseguir en el Estado libre de Turingia que los partidos filonazis entren en su quinto Parlamento regional. Ya están en las cámaras de Bremen, Sajonia, Mecklemburgo – Pomerania Occidental y Brandemburgo.
El caudillo regional Schwerdt, de 65 años, sabe que lograr el 5% de los votos necesario «no es una utopía», ya que las encuestas les otorgan hasta un 4%, un 2,4% más que en 2005. Tampoco la dirección federal del arruinado NPD – con algo menos de 8.000 afiliados y al que el Estado alemán reclama casi un millón de euros por gastos irregulares – es ajena a la fina labor de zapa desarrollada desde 2001 en Turingia por este ingeniero. Un estado en el que los sondeos auguran otra ajustada victoria pírrica a la Unión Cristianodemócrata (CDU), con el 37%, seguidos por los ex comunistas de La Izquierda, con el 32%. Los socialdemócratas del SPD serán una comparsa, con el 15% de los apoyos. Gracias al Pacto por Alemania firmado en 2005 entre el NPD y la Unión del Pueblo Alemán (DVU), éste segundo partido se ha retirado de la competición en Turingia al tener menos posibilidades.
Schwerdt, quien militó durante 11 años en la CDU, es un hábil y reputado estratega, según le describen los expertos Christoph Ruf y Olaf Sundermeyer, quienes acaban de publicar el libro En el NPD. Viajes a la zonas nacionales liberadas. Condenado a prisión en varias ocasiones por propaganda nazi, es el responsable de la exitosa política de infiltración progresiva en el tejido social de las pequeñas localidades alemanas a través de agrupaciones deportivas – especialmente de fútbol – , cuerpos de bomberos voluntarios, conciertos o fiestas regionales. Favorable a la «politización del rock», Schwerdt dispone de una editorial y de un sello discográfico con grupos como Volksverhetzer (agitador del pueblo), que llaman a la violencia contra punks y jueces.
Así, a la constante presencia en actos públicos de Schwerdt y su número dos – Patrick Wieschke, de 26 años, también condenado por propaganda nazi y por atacar una tienda turca de comestibles – se suma el activo papel de las mimadas agrupaciones locales, sobre todo en el sur de Turingia, calificadas por Ruf y Sundermeyer como «las más jóvenes y radicales del país».
En sus habituales reuniones no faltan los cánticos nazis, los saludos con el brazo derecho alzado ni las cruces gamadas. Tampoco las razias contra tiendas propiedad de asiáticos o extranjeros no blancos en general. Un ejemplo de estos cabecillas locales es el joven Tommy Frenck, protegido de Schwerdt. Asegura abiertamente que tiene «problemas con los judíos y los vietnamitas» y ha sido procesado por amenazas y agresión a un ciudadano cubano. Con Schwerdt como mentor, este líder en la sombra, de apenas 23 años y que ocupa el puesto 11 en las listas regionales del NPD, adquirió notoriedad como organizador de actos y conciertos de rock.
En un acto de protesta, él y sus camaradas portaban una camiseta en la que se leía una frase de Adolf Hitler: «Agil como un perro del viento, resistente como el cuero, duro como el acero Krupp».
En Hildburghausen, Frenck ha empezado su guerra con el alcalde de La Izquierda Steffan Harzer, a quien quiere disputar el cargo en las urnas. Harzer ya conoce las amenazas y agresiones de los radicales, que tras un partido entre Alemania y Turquía le llegaron a atacar y a reunirse frente a su casa anunciándole que la iban a «quemar».
El propio Frenck ha sido denunciado por golpearle. «Alcalde, sabemos dónde vives y conocemos a tu familia», llegó a espetarle.
Incitación al odio racial
Siempre que pueden, los líderes ultraderechistas alemanes se dejan ver en fiestas, conciertos y partidos de fútbol.Pero en los medios también aparecen a menudo en tribunales.Udo Voigt, líder del Partido Nacional Demócrata (NPD) – en la foto, a la derecha – , está siendo procesado por incitación al odio racial.Junto a él, su colaborador Klaus Beier – a la izquierda – y el líder de la formación neonazi en Turingia, Frank Schwerdt, en un tribunal de Berlín.
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