Atracan de noche un locutorio en Bilbao y maniatan a la encargada
El Correo, , 26-03-2009El pequeño locutorio situado en el número 7 de la calle Hurtado de Amézaga de Bilbao recibió el martes, pasadas las nueve y media de la noche, la visita de dos personas interesadas en efectuar varias llamadas de teléfono y navegar en Internet. O eso parecía. Una hora más tarde, los inofensivos clientes mudaban de actitud y amenazaban a la encargada con un cuchillo para desvalijar el establecimiento. De allí escaparon con mil euros, «la caja de todo el día», dejando a la dependienta maniatada, amordazada y con un susto de muerte.
La dueña del negocio, que abrió sus puertas hace poco más de un año, relataba ayer que cuando los agresores – «dos jóvenes de origen colombiano por su habla» – entraron se encontraban en la tienda tres personas, una dependiente y sus dos hermanas. Cuando al cabo de una hora los demás clientes se hubieron ido, la empleada reparó en que estos dos sujetos, que pidieron permiso para recargar un teléfono móvil, «no paraban de moverse». El local cierra sus puertas a las once de la noche. Media hora antes, uno de los jóvenes se colocó una capucha en la cabeza y se aproximó al mostrador que ocupaba la dependienta.
K., de 28 años, fue obligada entonces a arrodillarse, al tiempo que los asaltantes le ataban las manos con unas ligaduras de plástico y le amenazaban con un cuchillo, según fuentes de la Ertzaintza. La titular del locutorio señalaba ayer a este periódico que los ladrones se llevaron cerca de 1.000 euros, una videocámara «valorada en 600 euros» y un teléfono móvil cuyo precio en el mercado asciende a otros 200.
«Incapaz de reaccionar»
Una vez el botín y las llaves del establecimiento en su poder, los dos jóvenes abandonaron el local dejando encerrada a la trabajadora. «Estaba muy nerviosa e incapaz de reaccionar», explicaba ayer su jefa. Al poco rato recibió la visita de una clienta habitual. «La mujer se extrañó de encontrar el local cerrado y las luces encendidas. Insistió hasta que se dio cuenta de la situación y pudo entenderse con la dependienta a través de la puerta», añadieron las mismas fuentes.
La mujer dio aviso a la dueña del establecimiento que vive en una calle cercana al locutorio. «Llegamos en menos de 20 minutos y encontramos a K. llorando, muy nerviosa y con el miedo en los ojos. Le habían amenazado con un cuchillo de grandes dimensiones e insistieron en hacerle daño si comunicaba el robo o decía algo a la Policía». La Ertzaintza mantiene abierta una investigación para localizar a los dos autores del atraco.
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