«La ficción hace que las cosas sean reales»
El Mundo, , 25-03-2009La cineasta Chus Gutiérrez reflexiona sobre el sentido de la frontera en ‘Retorno a Hansala’, su nueva película Madrid
«Sólo cuando la ficción hace suya la realidad, la realidad existe».«¿Perdón?». El que pregunta no pide disculpas (aunque también), simplemente tarda en entender. Chus Gutiérrez (Granada, 1962) habla de Retorno a Hansala, su última película. Explica el momento en que sus actores se vieron por primera vez en pantalla. Ocurrió en Tánger, durante el festival de cine que se celebra en la ciudad marroquí a principios de noviembre. La cinta, que se estrena (por fin) el próximo viernes, cuenta la historia de un viaje.Se trata de un viaje de regreso: desde las playas de España a casa, un pueblo llamado Hansala. Muerto. Sí, el que vuelve, lo hace para ser enterrado con los suyos.
La película ha cumplido un largo trayecto desde las páginas de un periódico, en el que apareció una noticia de una patera y de unos ahogados un incierto día de 2001, hasta hoy. Por el camino, la directora viajó a Marruecos, buscó a los personajes de su relato y fue a dar con un pueblo entero. Pues bien, terminada la cinta, el pueblo entero fue a verse hasta Tánger. Y se vieron.O mejor, se reconocieron. «Por primera vez se sintieron parte de la realidad. Se descubrieron y se escucharon hablar en su lengua bereber, que siempre es despreciada. La película, la ficción, les hizo reales». Ahora sí.
Y la realidad, como la razón, infecta lo que toca. Cuenta Gutiérrez que las mujeres de Hansala, al ver, mientras se rodaba la cinta, que las que mandaban (directora y directora de producción) eran, como ellas, mujeres, las cosas empezaron a cambiar. «Pidieron a los hombres entrar en el consejo de sabios que toma las decisiones de la comunidad. Como éstos se negaron, se tomaron la justicia por su mano y se organizaron para, por ejemplo, aprender a leer».Es sólo un ejemplo.
Cosas de la ficción, que no de la ciencia ficción. Esta es otra cosa: algo tan irreal como la propia emigración convertida, por azares de los tiempos modernos, en espectáculo de telediario.«Lo curioso de todo esto», comenta la directora, «es que nos cuesta entender que lo que está pasando, y que parece algo lejano, irreal, es algo muy cercano. Mi abuelo salió de la Alpujarra con 15 años, se fue a Granada y estuvo durmiendo debajo de un mostrador de una tienda. Y todas las familias tienen una historia parecida de emigración, que poco o nada se diferencia de la gente que llega ahora a nuestro país». Otro ejemplo real que sirve esta vez para explicar la ficción.
Y en todo este lío, ¿dónde queda la ficción de la frontera? Pocos argumentos tan propios del cine como éste. La frontera hizo al western y éste al cine (así, en genérico solemne). De hecho, Retorno a Hansala es la pieza más, digamos, cinematográfica de la directora de Sexo oral, Alma gitana o Insomnio. Los dos personajes interpretados por José Luis García y la sorprendente (nominada al Goya como actriz revelación) Farah Hamed viajan a través del polvo de la llanura hacia su redención. El camino les hará más sabios (ni más guapos ni mejores). «La frontera», comenta la directora, «es un tema universal. Te das cuenta de ello cuando enseñas la película por el mundo. En todos los sitios se vive un problema parecido. Además, la frontera, como concepto, me intriga. Es la propia frontera la que crea el deseo de pasar al otro lado. Ella hace trabajar a la imaginación y la propia imaginación obliga a descubrir, cueste lo que cueste, lo que hay al otro lado».
Así las cosas, la frontera ¿es ficción o realidad? «Su realidad provoca lo que sale en los periódicos todos los días. Creo que debería ser más flexible; que la gente pudiera ir con tranquilidad al otro lado, comprobar lo que pasa y tener la posibilidad de volver. Estoy convencida de que si un hombre pudiera emigrar durante tres meses para trabajar y luego volver a su casa cinco, por ejemplo, se acabaría con el miedo y se evitarían muchos problemas.Es como en el caso de las drogas: su prohibición empuja a su consumo. Si fueran legales, no serían tan atractivas». Y llegados a este punto, la directora se enfada: «Además, en todo esto hay mucha hipocresía, ¿ya no nos acordamos de que los responsables de todo nuestro progreso antes de la crisis son los inmigrantes que ahora no queremos ni en pintura?».
Cuando el viernes llegue a los cines Retorno a Hansala, la película concluirá un periplo global por los festivales de todo el mundo.Y en todos se ha llevado un premio: desde Toronto a Valladolid pasando por Nantes, El Cairo, Dubai, Sevilla o Tánger. Y en todos ellos, la ficción empeñada en hacer real la propia realidad.«¿Perdón?».
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