Un vigilante mata a un joven en Madrid al descerrajarle dos tiros en la nuca
Los amigos de la víctima, de origen dominicano, siguieron al agresor y facilitaron su arresto a la Policía
El Correo,
,
22-03-2009
Luis P. P., un joven dominicano de 23 años, acababa de pintar la casa donde vivía con su mujer – embarazada de ocho meses – y decidió acercarse hasta una zona de bares del distrito de Tetuán (Madrid), muy frecuentada por inmigrantes. Eran las diez de la noche del viernes cuando se encontró con unos amigos y se paró a charlar un rato. De repente, un hombre se le acercó y le pidió la documentación. Acto seguido, sacó una pistola y le descerrajó dos tiros en la nuca.
Luisito, como le conocían sus allegados, cayó fulminado. El pánico cundió en la zona: entre gritos, las numerosas personas que a esas horas se encontraban en la calle corrieron a refugiarse en el interior de los locales. Los amigos de la víctima avisaron de inmediato a la Policía y siguieron al presunto agresor calle abajo.
Una patrulla que se desplazó hasta el lugar del tiroteo y, gracias a las indicaciones de los concidos del joven, logró detener al supuesto homicida: Luis T.C., un vigilante de seguridad de 38 años y de nacionalidad española, que aún portaba encima el arma. «Si no es por nosotros, la Policía no le habría cogido», apuntó uno de los testigos.
Con antecedentes
Esta persona relató que el agresor era «un hombre con mal aspecto» se acercó a pedir la documentación a su amigo, aprovechando un momento en el que el grupo de jóvenes se separó y «Luisito se quedó sólo». Sus amigos pudieron ver cómo mostraba su documentación, momento en el que «de forma brutal, el hombre sacó una pistola y le pegó dos tiros en la cabeza».
Los equipos de emergencias hallaron a la víctima inconsciente. El joven presentaba «dos orificios de entrada en la nuca causados por arma de fuego con abundante sangrado», segun indicaron portavoces del Samur. Los sanitarios consiguieron estabilizarle y trasladarle hasta el Hospital Clínico, donde agonizó durante dos horas hasta que falleció en torno a la medianoche. La víctima contaba con antecedentes por sendos delitos de hurto y lesiones.
Sus vecinos y amigos han colocado en el lugar del suceso una foto del fallecido con flores y velas para «pedir justicia» y que las autoridades «tomen cartas en el asunto». «Luisito era una persona servicial, muy trabajador, que no se metía con nadie. Todo el barrio le conocía», señaló un allegado. Por último, Deni, un vecino y amigo del fallecido, aseguró que pensaba que el presunto agresor era un «policía de incógnito» porque «llevaba desde las cinco de la tarde como esperando a alguien para hacerle un seguimiento» y hablando por el móvil con una mano metida en el bolsillo de la sudadera donde «se le notaba un bulto». «Estoy destrozado, no entiendo cómo le ha pasado esto a una persona humilde y que no es conflictiva», lamentó.
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