Dos indocumentados ecuatorianos llevan cinco meses encerrados en el albergue de Migración, sin que su consulado ni familiares puedan pagarles el boleto de regreso a su país natal.

Esa es la historia de los cuñados Arsenio Luis Washikiat Mashutak y Medardo Antonish Pinchupa, campesinos que abandonaron su comunidad en la sierra ecuatoriana, en septiembre del 2008, para buscar un trabajo digno en Estados Unidos.

Ellos hipotecaron su tierra en US$8 mil, para comenzar el recorrido que los llevó a abordar una barcaza en el puerto de Guayaquil, Ecuador, con destino a Guatemala.

Cuando llegaron al país los recibió un traficante de personas que los trasladó a la capital, pero los abandonó a su suerte.

Washikiat narró que al verse desamparados decidieron, por temor, volver a su país por la vía terrestre.

Los ecuatorianos cruzaron la frontera con El Salvador, pero fueron detenidos por policías de ese país, que los devolvieron a la última frontera de ingreso.

Los agentes los entregaron a las autoridades guatemaltecas, en la aduana de San Cristóbal, Jutiapa, el 12 de octubre último, cuando fueron ingresados al referido albergue migratorio.

“Solo queremos ayuda para regresar a Ecuador. Hace seis meses que no vemos a nuestras esposas ni a nuestras hijas”, dijo Antonish.

Para que puedan ser liberados, la Dirección General de Migración debe asegurarse de que sean devueltos a su país, por lo que han contactado a su familia, pero ésta afirma que no tiene dinero para un boleto, y el Consulado de Ecuador no maneja fondos para tales gastos, por lo que los indocumentados seguirán encerrados por tiempo indefinido.