«El psicoanálisis me ha salvado»
El autor narra la lucha y la reconciliaciónde identidades en el Reino Unido en su última novela, 'Algo que contarte'
El Correo,
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20-03-2009
Hanif Kureishi escritor británico de origen pakistaní, sabe muy bien lo que significa sufrir un ataque racista. En su niñez y primera juventud aprendió a salir corriendo cuando oía el grito de ‘paki’, un insulto muy común en la Inglaterra de los años sesenta para referirse a los inmigrantes asiáticos.
Las agresiones verbales, quemaduras o navajazos formaban parte de su rutina. Superó el trauma aferrándose a la literatura. A los veinte años escribió el guión de ‘Mi hermosa lavandería’, la aclamada película dirigida por Stephen Frears, una historia de amor gay entre un ‘skinhead’ y un joven pakistaní por la que se ganó la nominación al Oscar en 1984. Continuó explorando la temática racial con la novela ‘El buda de los suburbios’ o ‘El álbum negro’, para luego adentrarse en el complejo territorio de las relaciones y la sexualidad humana con ‘Intimidad’, también llevada al cine por Patrice Chéreau..
Ahora vuelve a posar su incisiva mirada sobre la sociedad contemporánea, con la novela ‘Algo que contarte’ (Anagrama). Las experiencias de su protagonista, un psicoanalista de mediana edad afincado en Londres, sirven de excusa para deslizarse por los recovecos de la psique humana, y viajar por la política, la vida y las costumbres de los últimos treinta años en Inglaterra y el mundo.
Si ha escogido como tema central de su novela el psicoanálisis, es porque, según reconoce, esta terapia le ha reconciliado consigo mismo. En el hall de un céntrico hotel de Barcelona, a donde ha viajado para promocionar su libro, habla de todo esto sin alterarse, con voz monocorde, conservándose a una prudente distancia de sus palabras, que suenan a franqueza y a provocación.
- ¿Realmente le ha ayudado el psicoanálisis?
- Sí, me ha salvado. Estoy seguro de que si me hubieran psicoanalizado mucho antes, en mi juventud, mi vida habría sido diferente. Habría disfrutado más, habría sido menos conservador.
- ¿Lo recomendaría?
- No a todo el mundo, porque eso sería una locura. Además a través de la cultura, la literatura, la música, podemos encontrar maneras de reflexionar sobre nosotros mismos, es una forma de terapia, sin necesidad pagar a un psicoanalista.
- ¿Qué afloró en la terapia?
- Había reprimido mi identidad durante mucho tiempo, había interiorizado un discurso racista, pues deseaba ser blanco. Tardé en darme cuenta de que el problema no era mío, de que era el Reino Unido quien tenía que cambiar para acogerme a mí. Ahora, gracias a que la sociedad británica es completamente multicultural, se puede ser negro o asiático, y aún así sentirse británico.
- ¿Es el modelo británico un modelo a seguir por sociedades como la española?
- Hay que ser muy conscientes de que este proceso hacia la multiculturalidad no tiene marcha atrás. Hay que adaptarse a la nueva realidad. Es un proceso difícil, porque implica renunciar a ciertas ideas sobre lo que significa tu patria, tu país, es muy doloroso, pero también conlleva ganancias.
- Algunos de los personajes de su libro dejaron de creer en grandes ideales. ¿No queda esperanza ya en un mundo mejor?
- Sí, sí que hay esperanza, las grandes ideas de los años sesenta, el feminismo, o la lucha por los derechos civiles, continúan vigentes, se han conseguido muchos logros en algunos de estos ámbitos. Los que han fracasado son personajes como Tony Blair, que dejaron que el capitalismo campara a sus anchas sin control, y han provocado que éste haya explotado, porque no contuvieron la avaricia de los que estaban a cargo del dinero.
- ¿Cree que generará nuevos conflictos raciales?
- Cuando se produce un colapso de la economía, y los trabajadores van al paro, a los primeros que culpan es a los inmigrantes. El único antídoto contra esa paranoia es la información. Porque el fascismo es paranoia.
Jamal Khan, el personaje protagonista de la última novela de Kureishi, ‘Algo que contarte’, es un psicoanalista de mediana edad, que sostiene que los secretos, las intimidades de otros, son su moneda de cambio, pues «trafica con ellos para vivir».
Está divorciado y vive una vida sosegada, hasta que un acontecimiento imprevisto desordena su dulce rutina. Su exuberante e inculta hermana, madre de cinco hijos de diferentes padres, y su mejor amigo, un reconocido director de cine, se enredan en una turbulenta relación, algo que él verá casi como un incesto, y que le abocará a plantearse nuevas cuestiones existenciales, abriendo las puertas a los fantasmas del pasado.
Kureishi no duda cuando afirma que ésta es su novela «más cómica» hasta la fecha. Y matiza: « Hablar, decir lo que uno piensa, en el entorno de la familia o en el trabajo, aunque moleste a los demás, es muy importante, cambia las relaciones humanas. Hay algo en el silencio que puede ser muy peligroso».
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