El centro de reforma de menores de ‘Punta Blanca’ volvió ayer al epicentro de la polémica tras conocerse que varios menores protagonizaron en la noche del martes un amotinamiento para reivindicar sus derechos. La Policía Nacional, con material antidisturbios, tuvo que acudir al reformatorio acompañada por la Policía Local para conseguir que los menores, casi dos horas después, abandonaran su actitud dejando tras de sí múltiples destrozos en el mobiliario de varias habitaciones. El Área de Menores del Gobierno de Ceuta trabajaba ya ayer para reparar los daños que se produjeron durante el motín, en el que no resultaron heridos ni los funcionarios ni los policías que intervinieron.

La Ciudad precisó que se trató de dos menores y colaborador que se encerraron en sus respectivas habitaciones y en cumplimiento del artículo 54 del reglamento se solicitó la ayuda de la Policía Nacional para evitar fugas y posibles intentos de autolesionarse, aunque no fue necesaria su intervención.

El Área de Menores salió ayer el paso con la comparecencia de sus dos máximos responsables, Juan Hernández y Antonia Palomo, así como la directora de ‘Punta Blanca’ Carmen Liñán, algo que no hicieron cuando CC. OO. denunció presuntos malos tratos en el centro de reforma. «Un aparte de los problemas han surgido tras la denuncia», aseveró Hernández

Todo por CC. OO.

Hernández, responsable político del área, lamentó que tras la denuncia se ha generado muchas «tensiones» entre el personal que «se siente incómodo y señalado por las críticas». Y, además, «los chavales están en la cresta de la ola» pues les llega la información ya que tienen comunicación libre con sus familiares y «se les oye decir cosas que antes no hacían como gritar ‘esto no es Guantánamo’».

Palomo vuelve a escena

Una teoría que refrendó Antonia Palomo, que ayer volvía a sentarse ante los medios de comunicación, esta vez como jefa del Área de Menores, – »había un sentimiento general para que yo estuviese aquí» – para pedir «respeto y colaboración ciudadana» para con los menores, para «que puedan integrarse en silencio y que no se les utilice» . Palomo restó importancia al amotinamiento (que quiso diferenciar del concepto motín, pese a que son sinónimos) y aseguró que se trata de una situación normal «difícil de entender desde la perspectiva de la normalidad». «Es normal que haya tensiones cuando hay menores en conflicto social, no tiene que ver con un mal funcionamiento sino con la esencia de la vida, porque hay personas que no tienen las mismas oportunidades».

Palomo quiso destacar que en el citado centro de Punta Blanca conviven menores de edad con mayores de 18 años (que cometieron el delito siendo menores de edad) y que cumplen penas por robo con intimidación y violencia, asesinato, intento de homicidio y delitos contra la salud pública. La jefa de Menores fue más allá y aseguró que el centro tiene serios problemas con varios menores miembros de una banda organizada de atracadores «altamente peligrosos» que no pueden ser dispersados al no haber más centros de reforma en la ciudad autónoma

Por su parte, el líder de la oposición, Moahed Ali, lamentó que el centro de Punta Blanca y en general el Área de Menores de la Ciudad esté de nuevo en el ojo del huracán. «Ha habido varias fugas, ahora un motín, pero el Gobierno no depura responsabilidades, si se escapa un menor del centro la culpa es del menor», reprochó el líder la oposición, quien considera «inadmisible» que el Gobierno «no asuma responsabilidades» y ni siquiera haya abierto un expediente informativo tras las muchas fugas detectadas en el centro de reforma de Punta Blanca. Ali advirtió su absoluto respaldo a la plantilla, apuntando sus críticas hacia los responsables políticos, entre los que destacó al consejero de Presidencia, responsable del área, Pedro Gordillo, y al director de Menores, Juan Hernández.

En el último mes se han registrado dos fugas con tres menores implicados que están ya de vuelta en Punta Blanca.