La crisis y los recortes legales amenazan la integración de los 64.518 inmigrantes en Navarra
un estudio de la upna y ccoo revela que las condiciones de vida hanmejorado Sus autores alertan sobre la vuelta a una situación de "irregularidad" ya superada
Diario de Navarra, , 18-03-2009pamplona. El fuerte crecimiento del fenómeno migratorio en Navarra, que ha visto multiplicar por dos la llegada de extranjeros en apenas cinco años ha pasado de 38.471 a 64.518, no ha impedido que la situación de los inmigrantes afincados en nuestra Comunidad haya mejorado en todos los niveles e indicadores socioeconómicos (regularización, salud, educación, vivienda, asociacionismo…). Un conjunto de logros sociales y de condiciones de vida favorables que definían en el primer semestre del 2008 un “modelo razonable de integración social”, aseguró ayer el profesor de la UPNA Miguel Laparra. A este avance han contribuido varios factores. Por un lado, los procesos de “regularización migratoria” de estos últimos años (regularizaciones extraordinarias y nuevas vías de acceso a papeles de empleo y residencia, además de la ampliación de la Unión Europea), el “éxito” de los inmigrantes en el mercado de trabajo coincidiendo con el boom económico y también la “receptividad” de la sociedad de acogida.
Así lo destacó durante la presentación del estudio elaborado por la UPNA y CCOO para el Gobierno de Navarra, una encuesta “pionera” en el Estado e incluso en Europa al contener 2.400 entrevistas realizadas a inmigrantes. Sus conclusiones fueron presentadas ayer por el consejero de Relaciones Institucionales Alberto Catalán y dos representantes de los equipos investigadores: Miguel Laparra, del departamento de Trabajo Social de la UPNA y José Ramón García de Eulate, del Gabinete de Estudios de CCOO.
Sin embargo, todos estos avances en el difícil reto que ha supuesto la inclusión y la normalización intercultural, que además ha costado "muchos años y “peleas” llevamos diez o quince años de flujo migratorio son en este momento una “incógnita” y podrían estar en peligro debido a “la crisis económica y los posibles cambios que se introduzcan en la política migratoria”, escenario que no ha podido contemplar el estudio. Para Laparra, no está nada claro los efectos que va a tener la crisis que sufre nuestro país sobre la población extranjera teniendo en cuenta que la “situación que sufre África o Sudamérica no es la de un paraíso”. Según su tesis, habrá inmigrantes que decidan volver de forma voluntaria, “los que tengan la vida resuelta, los que hayan podido ahorrar, pero otros muchos se quedarán”. Esperarán, vaticina, los seis meses de desempleo, echarán mano de sus ahorros o del apoyo de las familias que han llegado aquí por reagrupamiento familiar (puede que sólo un cónyuge haya perdido el empleo) y tratarán de “hacer apaños, aunque la situación puede se muy complicada”. Sin descartar por otro lado un posible “escenario de aumento de la conflictividad social por desempleo, que no hay que desecharlo, porque si la gente está apurada puede protagonizar pequeños hurtos o actividades marginales”, lo que “supondría un cambio de tendencia de la situación actual”. A su juicio, la crisis “no facilita sino impide el regreso a sus países porque a nadie le gusta volver a su país con las manos vacías”.
Los sectores más afectados por la crisis como la construcción han reducido la demanda de mano de obra dentro de este colectivo, pero “hay otros sectores como la agricultura que habría que mantener”. “Nos preocupan las nuevas políticas anunciadas desde el Estado y que podrían complicar la reagrupación, limitar la contratación en origen y no acometer regularizaciones extraordinarias”, apostilló.
También para José Ramón García de Eulate, la “temporal” crisis económica dará paso a una conyuntura más favorable y se volverá a necesitar mano de obra, y es precio que el sistema público y los agentes socioeconómicos “respondamos” a esas necesidades “futuras” para evitar que muchos inmigrantes pasen a ser irregulares.
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